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Transcribimos un relato que nos envía Javier Barbona, unos de los responsable de la la Asociación Civil \"La Quinta\", conocida en nuestro Vera por realizar distintos trabajos con los jóvenes más vulnerable, este relato da una pincelada de la verdadera realidad esa que los medios de comunicación muchas veces no cuentan y los políticos de hacen los distraídos .
El relato enviado por Javier es el siguiente:
Ayer por la tarde pudimos, por fin!, ultimar los detalles y salir con la poderosa a hacer publicidad callejera. La grabación la hizo Sebastian (14) estuvimos hasta muy tarde en la noche tratando de encontrar en internet el programa adecuado para poder grabar. Al otro día a las siesta se unieron Charly (20) y Martín (18) hasta las 16.30 nomas podemos me dijeron, porque después tenemos que bañarnos para ir a profesorado. Salimos, algunas calles todavía están cortadas por las grandes lluvias caídas durante los días pasados, eso de buscar caminos juntos, tipo GPS humano pasó hacer la diversión del equipo de publicidad adentro de la camioneta , risas mates y discusiones de por dónde ir. Alguno que otro decía: salimos muy temprano la gente está durmiendo la siesta. Luego de unas cuentas vueltas se hizo la hora de volver hasta La Quinta y dejar a dos del staff para que puedan ir a la escuela.
Cuando escucharon la publicidad callejera, los jóvenes que estaban en La Quinta preparando lo de la Feria Americana, salieron contentos y entre risas y cargadas se sumaron dos más al equipo, Milagros (13) y Gustavo (15) nuevamente a emprender la marcha, sabiendo ya por donde no ir porque no se puede pasar, descubriendo juntos nuevos senderos y nuevos obstáculos para sortear. En una vuelta de esquina en uno de los barrios, nos sale al cruce Emanuel (16) estaba con un banda de pibes de su edad y un poco más chicos.
Nos pidió para ir con nosotros, a lo cual accedimos. De pronto todos los que estaban sentados charlando de la esquina se acercaron porque querían ir también, les expliqué que no se podía. Apenas subió el nuevo acompañante, los otros le dieron una tarea: ser el cebador de mates. Ahora el GPS humano se modificaba otra vez, Emanuel nos contaba que pertenece a una “bandita” y nos indicaba por esa razón por donde ir y por donde no ir. Pensar que Emanuel, en Arameo significa “Dios con nosotros”. Mientras tanto, este Emanuel, iba cebando mates y se lo veía muy contento, saludaba a los amigos que cruzábamos por la calle, la gente saludaba, se sonreía por más que los gritos o las bocinas no eran para ellos.
Los niños, en general, se alegraban, bailaban con la música, corrían detrás de la camioneta. Cosas sencillas, cotidianas, gestos comunes pero que nos alegraban a nosotros que íbamos adentro y se ve que los de afuera también se alegraban un poco.
La conversación se puso un poco seria cuando Emanuel nos contaba de los quehaceres de la noche con o sin la banda. Por momentos éramos testigos mudos, mirando para adelante o para afuera, tragando saliva, por ahí alguien se animaba a preguntarle algo que no aparecía en su relato. En otros tramos lo que contaban era gracioso, o él lo hacía gracioso porque adivinaba nuestra angustia.
De pronto el monólogo se convierte en una conversación, de pibes y una piba y yo, un adulto que seguía siendo testigo mudo. De no poder dar crédito a lo que escuchaba.
Cosas terribles de estos chicos que van a la escuela, algunos si otros no, con pasados difíciles, desde la cuna diríamos, algunos si y otros no. Pero también había cosas lindas del presente, para algunos sí y para otros no. Fueron dos horas de recorrer con ellos las calles de Vera escuchando y viendo, viendo y escuchando, cada manzana una anécdota, hablaban como si fueran gente grande, pero no eran pibes, son pibes. Yo agradecí estar ahí presente, aunque por ratos me doliera el alma. Mientras los escuchaba mil ideas se me cruzaban por la cabeza para hacer con ellos y otros y tantísimos otros que veíamos pasar o los veíamos en las esquinas, o jugando a la pelota en los baldíos de los barrios.
En un momento volvemos a pasar por la esquina donde levantamos a Emanuel y ya quedaban solo 3 de los pibes, antes que se fuera preguntó por la murga, los demás le dijeron que vuelva a ir que todos los sábados estaban por la tarde. Nos saludamos nos cargamos por ser el de boca y yo de river y volvimos a la publicidad callejera para promocionar, en este caso, una obra de títeres para beneficio de la comunidad que recibe arte y para beneficio de La Quinta si queda algo de ganancia (como decimos siempre) Pero hoy, más convencido que nunca creo y creemos que es así, estas son las pequeñas y grandes ganancias que dejan estas cosas de andar y andar aunque los caminos estén cortados y debamos retroceder o reprogramar la marcha para encontrar otros.
Mientras desarmaba el equipo para volver a salir otro día pienso…los pibes se merecen otras oportunidades, se merecen más, no se merecen estar en la mira de una sociedad que los culpa y los vigila como si fueran ellos el gran problema, como si fueran ellos el peligro del cual debemos cuidarnos.
Hoy por la mañana, cuando leo en las crónicas rojas y cotidianas de la prensa (como dice Galeano) que dos pibes de 14 y 20 años fueron asesinados, en un barrio de una gran urbe, por un presunto robo. Digo que tan presunto no fueron los que nos robaron el futuro y sin embargo andan sueltos y dando consejos.
Pienso que esos pibes podían haber sigo los que anduvieron el día anterior conmigo en la poderosa haciendo publicidad, vendiendo arte para arrancarle una sonrisa a una sociedad que parece indiferente, que sigue empecinada de consumir otras cosas o en consumir nomas. Hoy voy a salir de nuevo porque hay mucho por hacer, hay mucho por escuchar, aunque la ganancia sea poca o mucha depende de donde se la mire.
Javier Barbona
DNI 22.674.031
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