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“Los años no vienen solos”, dice el dicho popular y de allí se podrían desprender tantas interpretaciones como usuarios de la frase existan. Lo que da lugar a numerosas acepciones positivas y negativas según el caso, el uso y el contexto de la frase.
Aunque cuando hablamos de una banda del interior del país, donde la cultura y las expresiones artísticas tienen más que ver con una lucha de grupos hacedores de cultura que van creciendo y tomando forma con los años, el sentido de esta frase se encamina hacia una dirección específica y diferente.
Esa dirección a la que me refiero está guiada por el esfuerzo doble (triple o cuádruple) que representa –y representó siempre- formar una banda de música, desarrollarla, apostar por su crecimiento, sostenerla en el tiempo y crear espacios donde estos hacedores de cultura puedan exponer lo suyo. Esto a la par de la vida propia de cada uno de los miembros de las agrupaciones que deben realizar otras múltiples tareas, ya que, como “los años no vienen solos”, se han convertido en sostenes de familia, con muchas otras obligaciones laborales y deberes de la vida adulta que le quitan tiempo a la creación artística.
Palabras más, palabras menos, nada de esto es ajeno a la vida de cada uno de los Rastrojero, músicos pioneros del heavy metal regional, batalladores de la cultura local que desde una trinchera under, jamás retrocedieron ni un paso frente a lasfulminantes olas de objetos, gustos y formas (los embates de la moda superficial y alienante) que durante años han ido tapando lo que generamos nosotros, lo que tenemos losnacidos de estas tierras para compartir con los demás.
“El Resto fue lo más importante como propuesta estética, musical, y contracultural que realizamos cinco jóvenes de Vera, un pedacito de país olvidado en los ‘90 que supo gritar desde sus jóvenes su total inconformidad con el sistema, desde lo que sabíamos hacer: MUSICA!”, tales palabras sirven de certificado de lo vivido en la dura épocaneolieral y de lo que significa El Resto porque pertenecen a Néstor Escobar, cantante originario de la banda verense, actualmente habitando el sur del país.
Y es que la historia comenzada hace más de dos décadas, cuando El Resto intentaba dar sus primeros pasos, cuando el movimiento de jóvenes empezaba a delinear el horizonte hacia donde caminarían toda su vida, no deja entrever ningún elemento que indique un punto final cercano. Más bien todo lo contrario, cada evento, cada show, cada letra, cada golpe y cada acorde le agregan una página más a esa lejana historia rebelde que aún sigue tomando forma en el presente.
Es así, por más que suene raro, este extraño Rastrojero que con los primeros acordesparece incurrir en un despegue, anoche aterrizo en el Aeroclub de Vera para brindar un show más en su extensa carrera, ante un público diverso que mezcló y unió a varias generaciones. Hasta allí llegaron los viejos amigos y amigas, algunos con hijos y amiguitos de sus hijos, las caras conocidas del eterno apoyo a la movida under, los veinteañeros y los adolescentes que escucharon alguna vez hablar de El Resto, Sed y Ruinas, Juez Real, Don Baco, La Mugre, Bosquejo Social, “una movida muy interesante”, como explicó una vez Andrés “el Gringo” Cimadamore en alguna entrevista; todos se aglutinaron allí para ‘hacerle el aguante’ a Rastrojero.
Prolija y compacta (quizás dos elementos más que abonan la teoría popular esbozada en el principio), la banda intenta manejar la travesía del tiempo, valiéndose de la experiencia auditiva, del contacto con los diversos géneros musicales y de las ganas de contar y cantarle a la realidad regional,sirviendo esto como impulso que no deja lugar a fisuras ni arriba, ni abajo del escenario.
“Con qué fin”, “Te despertarás”, “La espada sagrada”, “Aún no vine” de los míticos santafesinos CARNEVIVA y “Siempre una razón”, fueron los temas de la primera parte del set list, donde hubo un espacio para lo propio, para mostrar las influencias de toda la vida y hasta parahomenajear a Norberto“Pappo” Napolitano, tras cumplirse 10 años de su muerte.
“Amenaza”, “Otro día para ser” de Hermética, “Lo último”, “Golondrinas” y el gran cierre con “La Verdad”, le dieron el broche ideal a la jornada de sábado por la noche, cuando el centenar de adultos, jóvenes y niños que se acercaron a presenciar el show, como lo vienen haciendo desde los primeros años, se negaban a aceptar el punto final de la reunión.
Para Néstor lo de El Resto se relaciona íntimamente con lo que se vive actualmente, ya que aquello “expresó una química tan fuerte que perdura en lo que es hoy Rastrojero. Sin dudas, esos tipos son HERMANOS en la música, pero fundamentalmente en la vida. Las pasaron/mos a todas y ahí están entregando el corazón”.
Siguendo con sus dichos, le damos cierre a esta crónica entre la historia y la noche de anoche, una presentación más, aunque no cualquier noche: “Algo que atesoraré para siempre en el corazón”.
Juan José Storti |Edición Vera|
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