JUL
Los regatistas Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli, ganadores de la presea dorada en Vela en Rio de Janeiro 2016, fueron los abanderados de la delegación argentina en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El Estadio Nacional de la capital japonesa fue el escenario de una singular celebración que por primera vez en la historia se realizó sin público, a causa de las estrictas medidas de seguridad sanitaria provocadas por la pandemia de coronavirus.
Los atletas argentinos que fueron al acto (solo unos pocos son elegidos para concurrir), liderados por Lange-Carranza, sobresalieron al romper el formalismo de las anteriores naciones que pasaron caminado de ordenada manera, ya que los argentinos lo hicieron bailando un pogo y cantando "Argentina es un sentimiento, no puedo parar".
La ceremonia se llevó a cabo en el mismo lugar que fue sede de los juegos de 1964, con aforo para 68.000 espectadores, desde las 8 de la Argentina (las 20 en Japón) y contó con un millar de invitados, entre ellos el emperador Nahurito; la Primera dama estadounidense Jill Biden; y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Uno de los momentos más emotivos para el deporte argentino fue el ingreso de la bandera olímpica llevada por seis atletas, entre ellos la yudoca Paula Belén Pareto, ganadora de la medalla dorada en Rio 2016 y la de bronce en Beijing 2008, en el que será su último Juego Olímpico compitiendo en la categoría de hasta 48 kilogramos.
Link permanente a la noticia: