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En Infama, Santiago del Moro tuvo un "mano a mano" con Marcela Feudale, tras estar ausente diez días de su trabajo en la televisión. La panelista del ciclo de espectáculos explicó que tuvo "problemas de salud vinculados con problemas personales", pero no pudo evitar quebrarse al contar detalles de su vida personal.
"Me sentía mal sin fundamento físico y biológico que lo amparara. Empecé a prestar atención a lo que decía cierta gente en televisión. Escuché a Mirtha Legrand que decía 'en la televisión solamente nos reímos, no hay lugar para otra cosa, siempre hay que estar bien'. Para mí fue muy fuerte, fue un misil. Sentí que pasaba por ahí, porque uno a veces va tapando, porque no podés venir de mal humor", manifestó la locutora de ShowMatch.
Luego, aseguró que mostrarse bien frente a las cámaras a pesar de sentirse mal internamente le provocó problemas de salud: "A mí me dio presión alta cuando yo siempre tuve presión baja.... Lo peor es que esto empezó un jueves, me fui de uno de los trabajos con 16.6 y la presión nunca más bajó y me asusté, empecé a tener miedo y ahí me di cuenta que no estaban funcionando bien las cosas. Hasta que apareció el médico Martín Lombardero de La Trinidad, un cardiólogo... Me convenció que no estaba enferma. Me dijo que los seres humanos necesitamos entrenamiento para el físico, yoga para el alma y un psicólogo para la cabeza".
Además, sostuvo que tiene "muchas responsabilidades familiares" y se quebró cuando manifestó que todavía está haciendo el duelo por el fallecimiento de su padre: "Mi padre falleció un 5 de agosto del 2004. No casualmente pasaron diez años y nunca pensé. En ese no pensar nunca, a mí me cambió la vida. Yo corrí para tapar agujeros. Desde que se murió no tuve nunca más un compinche con quien pelearla. No he logrado formar una pareja y esa soledad se siente y repercute en la cabeza de una mujer a esta edad".
A continuación, Feudale subrayó. "En ese ocuparse del otro, uno se olvida de uno mismo. En esos diez años que yo lo vi por última vez y seguí poniéndole la misma garra, pero sola... Mi papá era una persona muy organizada, cuando se descompuso me dijo 'andá a correr el auto que está mal estacionado'. Estuvo diez días con respirador y en terapia. Fue un largo proceso en el que me tuve que despedir. Recuerdo estar parada al lado de él en terapia y una persona se me acercó para pedirme un autógrafo... La miré a mi hermana porque no entendía lo que estaba pasando. Te das cuenta que uno va tapando".
Por último, reflexionó que "la cabeza te puedo enfermar" y que todavía sigue haciendo el duelo por el fallecimiento de su padre. "Eran tensiones y miedos, la cama te atrae, es peligrosísima, pero te tenés que levantar", finalizó Marcela.
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