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Alejada del ambiente, Gabriela Sabatini disfruta de recorrer el mundo, nadar y andar en bicicleta. La mejor tenista de la historia de nuestro país contó su opinión sobre el circuito femenino y por qué no surgen jugadoras como ella.
El perfecto hermetismo de su mundo sólo se rompe cada tanto y de manera dosificada. Lo protege, lo mantiene entre sus cuatro paredes y no lo expone en revistas ni en raid mediáticos. El Maravilloso Mundo de Gabriela Sabatini es silencioso, privado, suyo. Mantiene su perfil bajo, bajísimo, para quien fue –y es– la única tenista argentina en llegar a la élite y quebrar barreras de género en un deporte que hasta entonces sólo se lo vinculaba con lo masculino. Ese es, quizás, su golpe más certero y admirable, que no cedió con los años.
Serena, relajada, habla despacio pero pensando cada palabra. A los 42 años, la eterna Gaby para el cariño de los argentinos entreabre la puerta de su intimidad y no esconde lo que siente cada mañana. “No juego, no agarro una raqueta, no extraño para nada el tenis”, confiesa. “Cuando dejé de jugar corría como loca, después se me dio por el ciclismo y ahora empecé con natación. El deporte es como mi cable a tierra, me descargo, lo necesito”, cuenta.
–¿Qué te llena hoy en día?
–Me gusta mucho viajar. A pesar de que he viajado mucho, antes no lo disfrutaba porque no tenía tiempo para recorrer y ahora me gusta conocer las culturas, todo. Cada año trato de conocer dos o tres lugares nuevos. Disfruto de eso, de los amigos y de la familia.
–¿No tenés ganas de colaborar o de estar metida de algún modo con el tenis argentino?
–Lo hice cuando dejé de jugar. Ayudé unos años en el programa de menores de la Asociación, pero después me alejé del tenis porque no tenía ganas de seguir muy involucrada. En ese momento me gustó ayudar, pero hoy estoy más del lado de dar un consejo. Prefiero eso a dedicar mi tiempo completo.
–¿Cómo ves el presente del tenis argentino?
–Lo sigo poco. Veo más a los chicos porque están jugando los torneos más importantes o la Copa Davis. Argentina siempre ha tenido muy buenos tenistas masculinos y lo sigue demostrando. Tenemos a Juan Martín y a Pico Mónaco entre los 10 mejores del mundo. Por el lado femenino siempre estuvimos más atrás...
–¿Por qué?
–Pienso que para una mujer es más complicado viajar sola y más si económicamente la familia no está bien. Para los padres es más difícil mandar a una mujer sola al exterior con algún desconocido. Por ese lado hay menos chicas que eligen jugar al tenis. Además no hay tanta competencia como en hombres, no hay grandes ídolas, que es algo que motiva mucho. Cuando hay Copa Davis o se ve a los hombres jugando afuera, los chicos se contagian y quieren imitarlos. Hoy no hay referentes femeninos en la Argentina y eso influye.
–¿Y qué hay que hacer?
–Es algo muy de abajo. Hay que incentivar el tenis como deporte en todo el país. En un momento la Asociación lo estaba haciendo llevándolo a las escuelas, pero duró poco. Además estaría bueno que en el colegio tengan la posibilidad de elegir jugar al tenis, que estén más en contacto con el deporte.
–Gisela Dulko fue la que más lejos llegó en los últimos años.
–Sí, tuvo su época. Ormaechea tuvo algunos torneos muy buenos, le falta regularidad. Faltan jugadoras y otras que sigan.
–Acaba de terminar el Masters de la WTA. ¿Cómo ves el circuito femenino?
–Serena Williams hace diferencia, cuando está al cien por ciento arrasa. Pasa que son épocas, hoy en día se juega con mucha más potencia que cuando yo jugaba. Creo que para ganarles a estas jugadoras favorecería que vuelva el tipo de tenis que había antes, con más variedad, entonces si vos le subís o le bajás la pelota la incomodás.
–¿Es lo que está faltando?
–Es el tipo de juego con el que me identifico. Me gusta cuando veo a alguien que hace cosas diferentes adentro de la cancha. Hoy las italianas tienen ese estilo, Schiavone por ejemplo, y alguna que otra española, pero no hay muchas más.
–¿Te molesta que desde los medios se marque a la mujer tenista por lo linda o fea, como sucede hoy con Sharapova?
–No, porque más allá de la belleza los resultados dicen todo. Y Sharapova lo ha demostrado con sus logros. La tarea de una es estar ahí para jugar lo mejor posible, después lo que salga escrito es otra cosa.
–Rafa Nadal reclama un cambio en el calendario para tener más tiempo libre. ¿Coincidís?
–Siempre apoyé eso, incluso cuando jugaba. Todos los deportes de primer nivel tienen una temporada en la que no juegan, es necesario.
–Para ser más persona…
–Totalmente. Es mucha la exigencia y el cuerpo no te aguanta.
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