MAR
Jorge Mario Bergoglio revolucionó al mundo el 13 de marzo de 2013 cuando, tras la quinta votación fue anunciado como el sucesor de Benedicto XVI.
Este domingo se cumple el tercer aniversario de la elección del entonces cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como el papa número 266 de la Iglesia Católica, un pontífice con una impronta que excede las murallas vaticanas y es cada vez más global.
Tras la quinta votación del segundo día del cónclave que había sido convocado por la inesperada renuncia de su antecesor, Benedicto XVI, los miles de fieles que aguardaban el resultado en la Plaza San Pedro vieron a las 19.06 la fumata blanca que indicaba la elección de un nuevo Obispo de Roma, que fue entronizado seis días más tarde.
"Parece que mis hermanos cardenales me han ido a buscar casi al fin del mundo; pero aquí estamos", fueron las primeras palabras del jesuita que, entonces con 76 años, eligió llamarse "Francisco", dejando clara su identificación con San Francisco de Asís, y que decidió vivir en la residencia de Santa Marta, desechando el Palacio Vaticano que ocuparon sus predecesores
Elegido "Personaje del año" ese mismo 2013 por la revista estadounidense Time, le dio su impronta personal a una Iglesia que necesitaba un cambio de rumbo drástico tras las denuncias y escándalos que habían rodeado la dimisión de Ratzinger.
Francisco comienza así el cuarto año de su pontificado, en el que tendrán un lugar relevante tanto la inminente exhortación sobre la familia en la que planteará una "sinodalidad ampliada" de la Iglesia, como los gestos ecuménicos que se profundizarán, mientras se sabrá si hay avances en el viaje más deseado por el pontífice (a China) y en el más deseado por sus compatriotas, que esperarán definiciones sobre esa visita que prometió "lo antes posible".
Link permanente a la noticia: