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En el documento final del Sínodo de la Familia, los obispos concedieron a las personas que pusieron fin a su matrimonio poder tomar los sacramentos. También hubo señales hacia la comunidad homosexual aunque descartaron la unión entre personas del mismo sexo
En el documento final del Sínodo, que congregó en el Vaticano a obispos y cardenales para discutir en torno a la familia, se dieron fuertes señales de apertura a los divorciados y homosexuales. “Cristo quiere que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta”, reza la "Relatio Synodi", el texto aprobado este sábado y divulgado casi de inmediato a pedido del papa Francisco, quien también autorizó a publicar cuántos votos tuvo cada párrafo. El Sínodo del año próximo profundizará también en temas de familia.
“Con respeto y delicadeza”, los “padres sinodales” propusieron acoger a gays y lesbianas y trabajar contra la discriminación, aunque descartaron que la unión entre personas del mismo sexo. Respecto de los divorciados, levantaron la restricción que sobre ellos pesaba respecto de tomar ciertos sacramentos.
Según informó EFE, De los resultados de las votaciones se desprende que no todos los 62 puntos obtuvieron la mayoría de dos tercios requerida en el pasado para este tipo de documentos, pero consiguieron una mayoría y por tanto forman parte del mismo.
Entre ellos, el punto 52 en el que se proponía estudiar un camino penitencial para que los divorciados que se han vuelto a casar pudiesen recibir los sacramentos, fue el que más votos en contra tuvo, pero fue aprobado finalmente por 104 a favor y 74 en contra.
Lo mismo ocurrió con el punto 53, 112 a favor y 63 en contra, que instaba a continuar estudiando la posibilidad de que los divorciados que han vuelto a casarse puedan recibir "la comunión espiritual" o el "por qué no pueden recibir la comunión sacramental".
Otro de los puntos aprobados, aunque con 62 votos contrarios, fue el relativo a los homosexuales.
La mayoría aprobó que "los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza" y que se "evitará cualquier marca de discriminación".
Sin embargo, los obispos subrayaron "que no se pueden establecer analogías, ni si quiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia".
El documento dedica un amplio espacio a exaltar "la belleza" de la familia tradicional y fiel, pero asegura que la Iglesia "como madre atenta" debe acompañar "con misericordia y paciencia" a las familias frágiles o heridas.
Además, la Iglesia intentará "ayudar a lograr la plenitud del plan de Dios" a las parejas casadas por lo civil, divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven, afirma el documento.
El texto reconoce también algunos valores en estas parejas que "cumplen el bien, se hacen cargo los unos de los otros y están al servicio de las comunidades en las que viven y trabajan".
Todas estas reflexiones tendrán que ser ahora "maduradas y analizadas" por las Iglesias locales" para preparar el camino del Sínodo de octubre de 2015.
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