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La nave es impulsada por cuatro motores eléctricos alimentados por más de 17 mil celdas solares. Su único piloto, Andre Borschberg, empleó cinco días de travesía para concretar la hazaña.
El Solar Impulse-2, el avión impulsado por energía solar que está dando la vuelta al mundo, completó ayer su tramo más largo al aterrizar poco después del amanecer en Hawai y de esta forma alcanzó nuevos récords de aviación.
El avión, pilotado por uno de los cofundadores del proyecto, Andre Borschberg, 62 años, sobrevoló la zona durante más de media hora para aterrizar a tiempo en Honolulu en lo que los organizadores llamaban "el momento ideal": después de la salida del sol
Borschberg había partido el lunes desde Japón para cubrir el tramo, el más complicado de su travesía, con la que pretende circunvalar el globo impulsado sólo por la energía del sol. Para este octavo tramo, el Solar Impulse-2 recorrió 8.300 kilómetros, un vuelo que demandó cinco días y cinco noches.
El vuelo de 118 horas de Borschberg superó el récord previo de 76 horas para un vuelo en solitario a través del océano Pacífico.
También rompió el récord del vuelo más largo, tanto en duración como en distancia, realizado por un avión impulsado por energía solar.
"Este vuelo a Hawai no sólo es histórico para la aviación, sino que es histórico en temas como energía y tecnologías limpias", tuitearon los organizadores.
Tras aterrizar en Honolulu, Borschberg fue recibido con un fuerte aplauso y el típico collar de flores hawaiano. También hubo expresiones de júbilo en el centro de control de vuelos en Mónaco.
Durante su cansador viaje en la pequeña cabina del avión de fibra de carbón, Borschberg apenas pudo moverse y tuvo pocas pausas. Como máximo, podía dormir 20 minutos por tramo. Sin embargo, el piloto se mostró de buen humor al aterrizar: "¿Hay alguien que me pueda recomendar una buena casa de steaks (carne) en Hawai?", escribió en Twitter.
Interrogado por un periodista, Borschberg dijo que no estaba cansado. "Hice mucho yoga y meditación", contó. "Cuando estaba estresado, me distanciaba de mí mismo y modificaba mis reacciones para estar menos estresado". Sin embargo, su equipo había informado antes que el último día de vuelo había sido "particularmente difícil".
Borschberg rompió fácilmente el récord previo de vuelo en solitario establecido por Steve Fossett al navegar 76 horas y 45 minutos en 2006.
Su rival y colega Richard Branson, también aviador, tuiteó sus felicitaciones a Borschberg justo antes de que su competidor aterrizara.
"Felicitaciones @SolarImpulse por batir el récord de @VirginGlobalFlyer de un viaje en solitario, sin escalas y sin cargar combustible. Es un gran paso adelante", destacó.
Borschberg dijo que el vuelo demostró que las tecnologías empleadas en el Solar Impulse-2 demandan una eficiencia energética que "pueden ser usadas en cualquier lado" en otros campos más allá de la aviación. En su viaje dependía totalmente de sí mismo en una cabina no presurizada de 3,8 metros cúbicos. En las ocasiones en que viajó a altitudes de más de 9.000 metros, debió usar tanques de oxígeno para respirar.
El Solar Impulse-2 inició su intento de convertirse en el primer avión solar en viajar alrededor del globo el 9 de marzo en Abu Dhabi. Ya voló sobre India, el Himalaya y China. Varias veces, el mal tiempo perjudicó el vuelo. Es así como la nave, cuyo ancho es, con 72 metros, mayor al de un Jumbo, tuvo que aterrizar fuera de su programa en la ciudad japonesa de Nagoya.
El proyecto requirió de más de 12 años de planificación. Los suizos Borschberg y su socio Bertrand Piccard buscan con el vuelo llamar la atención sobre el cambio climático y la posibilidad de nuevas tecnologías menos dañinas para el medio ambiente.
Desde Hawai, la nave seguirá viaje a Phoenix, en el estado norteamericano de Arizona. Ese vuelo será pilotado por Piccard. Después de otras dos escalas en Estados Unidos, el avión regresará a Europa volando sobre el Atlántico.
Impulsado por cuatro turbinas y con más de 17.000 celdas solares instaladas en sus alas, se espera que el avión complete un total de 13 escalas en su vuelta al mundo, pasando unos 25 días en el aire a lo largo de cinco meses.
Notable performance de un trimarán construido por el mismo equipo
Horas antes del aterrizaje del Soler Impulse-2 en Hawai, el hidróptero del mismo nombre, una especie de trimarán alado, atracaba en el mismo archipiélago estadounidense en el Pacífico.
La nave experimental piloteada por el francés Alain Thébault, llegó a la isla tras navegar diez días (4.102 kilómetros) desde Los Angeles (California, oeste de EEUU). Pero no logró batir el récord de 2005 de Olivier de Kersauson, tal y como esperaba inicialmente el navegante.
No obstante, "el hidróptero se convierte en el primer velero volador hidroala que atraviesa un océano. El récord de la travesía Transpacífica no se ha batido", indicó el equipo del hidróptero.
Pero, "a pesar de las condiciones claramente desfavorables, Alain Thébault y su tripulación tomaron la decisión de lanzarse para no faltar a una cita histórica" con el avión solar Solar Impulse-2, añadió. "Un encuentro de dos monstruos de la tecnología, de dos pioneros en este ámbito, con un único mensaje: Use clean energy (usen las energias limpias)", dijo el vocero del equipo.
El hidróptero, un trimarán de 18,28 metros, navega lentamente, pero cuando el viento sopla con fuerza se levanta sobre sus velas, replegadas 45 grados sobre unos planos oblicuos. En 2009 batió un récord de velocidad a la vela navegando a más de 80 y 100 kilómetros por hora. La nave está construida en metales ligeros y aleaciones. La particular configuración de las alas plegadas en las que se apoya al navegar le da una excepcional habilidad para maniobrar.
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