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El papa Francisco realizó un enérgico llamamiento a los líderes del mundo y todos los hombres a "ser custodios de la creación y de los hermanos". Lo expresó en el marco de la multitudinaria misa de inicio de su pontificado.
Así lo expresó en el marco de la multitudinaria misa de inicio de su pontificado, en la plaza San Pedro, que se celebra el día de la fiesta de San José, y de la que participan delegaciones de 132 países -entre ellos, la comitiva argentina presidida por Cristina Fernández de Kirchner-, líderes de otras religiones y una multitud de fieles, muchos de ellos argentinos y latinoamericanos.
"Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños", afirmó Jorge Bergoglio.
Seguido de un impresionante silencio desde la plaza y con decenas de banderas celeste y blanca flameando, el papa destacó la necesidad de ser "custodios de los dones de Dios" y advirtió sobre "los Herodes que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer".
"Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación", dijo el papa y explicó que eso significa "custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón".
En un llamado a los líderes del mundo, pidió también a ellos que "sean custodios de la creación".
"Quisiera pedir por favor a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, social o económico, a todos los hombres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, guardianes del otro, del medio ambiente", dijo en una vibrante homilía.
"No dejemos que los signos de destrucción y muerte acompañen el camino de este mundo nuestro", añadió y advirtió que "el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida".
Al inicio del sermón, Francisco tuvo palabras de afecto y recuerdo hacia su antecesor, Benedicto XVI, al señalar que "en una coincidencia muy rica de significado, hoy es el onomástico de mi venerado Predecesor", sobre quien señaló que "le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud".
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