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“Hola”, “¿te puedo llamar?” y “agendá mi número” son algunos de los mensajes de texto que llegan desde teléfonos con característica mendocina. Los especialistas advierten sobre los riesgos de contestar
“Hola” o “¿te puedo llamar?” son dos simples mensajes de texto que llegan a la gente y han causado una psicosis colectiva. Las redes sociales estallaron y en los grupos de WhatsApp la advertencia vuela: “No contestes”. En algunos casos, es tarde. Los estafadores ya cuentan con una base de datos con los miles de incautos que les respondieron identificándose.
“Estamos ante estafadores. Lo primero que decimos desde la Policía, es que no respondan. Casi siempre son mensajes o llamados que realizan desde las cárceles presos, quienes tienen cómplices afuera. Son estafas virtuales”, explica el comisario inspector Reynaldo Farías, jefe del Departamento de Delitos Económicos de la Policía de Córdoba.
En la mayoría de los casos, estos SMS provienen de teléfonos con característica de la provincia de Mendoza. Por eso, no se descarta el vínculo con bandas locales que tienen antecedentes en delitos virtuales.
“La verdad que cuando contesté ese mensaje creí que era de alguna amiga que había cambiado el número y me lo mandaba para que la agende. Sólo le contesté “¿quién sos?” Nada más. Luego, como no me respondió pensé que algo raro había”, cuenta Elizabeth D. (33), una joven de la ciudad entrerriana de Colón.
Y agrega: “Ya bloqueé ese número, y cambié de número de celular; lo que me complicó las cosas en mi profesión. Ahora desconfío de todos; los que vivimos en los pueblos pecamos por confiados pero cuando nos avivan, desconfiamos de todo”, detalló esta gestora del automotor.
“Están ahí, pero no los ves, claro, de eso se trata. Están, pero no están. Cuidá el maletín, la ventana, la puerta, el auto. Cuidá el culo. Porque van a estar ahí siempre… chorros”, le aconseja el personaje de Ricardo Darín al de Gastón Pauls en Nueve Reinas, la película de Fabián Bielinsky.
Esa advertencia es compartida por los especialistas. Cambian las formas, pero los objetivos siempre son los mismos. “La táctica del SMS es acorde al avance de la tecnología: antes era un llamado telefónico o una visita preguntando por un familiar. También hay estafas vía correo electrónico ofreciendo una herencia o una ayuda económica. Y ante la ambición de la gente, que cree ver plata fácil, se cae en el engaño. Pero el fin, es el mismo, la concreción de una estafa”, había explicado años atrás, ante la aparición de los primeros mensajes de este tipo, el comisario inspector Ariel Avila, ex jefe de la Dirección de Delitos Complejos de la Policía cordobesa, entre otros altos cargos en la Fuerza.
Con los distintos mensajes, los estafadores buscan su bien más preciado: la información. “Van logrando formar una base de datos con llamados o mensajes, debido a la ingenuidad de la gente, que responde sin darse cuenta”, explican los especialistas.
El jefe de Delitos Económicos de la Policía de Córdoba da un ejemplo: “Mandan mensaje y la respuesta ya le ponen nombre y apellido a ese número. De acá a un mes, o dentro de seis meses, se contactan nuevamente con usted y ahí se produce el intento de estafa”.
El procedimiento es bastante fácil: los delincuentes cuentan con una amplia guía telefónica de sus víctimas con nombres, números y a veces hasta el domicilio; datos colectados a través del tiempo con SMS ingenuos como “Hola” o “¿Te puedo llamar?”.
Pasado un tiempo llaman a su potencial víctima por su nombre y comienza el ardid: “Hay varios tipos de estafas, pero las más comunes son los secuestros virtuales y los premios falsos”, explica el comisario inspector Farías.
En el primero, llaman y aseguran tener cautivo a un familiar. De fondo se escucha a alguien llorar y pedir auxilio. Valeria B. es una italiana que llegó a Córdoba tras la Segunda Guerra Mundial. Un día recibió en su celular un extraño mensaje con la característica de Mendoza. Poco después, intentaron estafarla. “Me llamaron y se hicieron pasar por mi nieta. No sabían que ella nunca me dice abuela. Le corté inmediatamente”, cuenta la jubilada.
“En el otro caso, llaman a la víctima por su nombre, y le dicen que ganó un premio: puede ser desde un televisor hasta una camioneta. Y que el “afortunado” debe depositar plata para gastos administrativos. Por eso, siempre advertimos a la gente que no debe responder esos SMS ni hablar cuando se dan estos tipos de llamados. Son la puerta de una estafa”, concluyen los especialistas.
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