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El día lunes 23 de marzo se realizó la jornada de vigilia del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, al conmemorarse el 39º aniversario del último golpe de Estado que sufriera nuestro país en 1976, cuando las Fuerzas Armadas destituyeron al gobierno de Isabel Perón y detentaron el poder político y económico hasta diciembre del 1983.
Dentro de los años duros, se reconoce a los tres primeros como los más sangrientos, debido a que fueron durante esos años donde se cometieron la mayor parte de las detenciones ilegales, secuestros, muertes y desapariciones de personas de las que aún hoy se desconoce su paradero.
A partir de allí la violencia institucional se fue concretando de diversas formas. En Buenos Aires, el epicentro de lo más cruel de la dictadura estuvo en las áreas que pertenecían al Ejército Argentino y a sus dependencias, como la Fuerza Aérea, la Marina y hasta las distintas jefaturas de policía como institución representante de la represión de las fuerzas de seguridad.
En este marco, cada provincia fue acoplándose a este modelo represivo de violencia perpetuada desde el Estado. En Santa Fe, por ejemplo, aunque una proporción importante de los detenidos fueron liberados de una u otra forma luego de los tormentos recibidos, las prácticas fueron replicándose en algunas comisarías como la Brigada de Investigaciones, la Comisaría 4ta; o en las dependencias del II Cuerpo del Ejército como la Guardia de Infantería Reforzada.
En nuestro norte santafesino, el ojo dictador fue puesto encima de las áreas más pobladas, como Reconquista y Vera, donde hubo varios detenidos-desaparecidos.
Dentro de la jurisdicción verense, el Cuartel de la Guardia Rural Los Pumas con asentamiento en Santa Felicia funcionó como Centro Clandestino de Detención, tal como quedó señalado el pasado 31 de julio, cuando en un emotivo acto se homenajeó a los detenidos que pasaron por aquel lugar las peores horas de su vida.
De esta cruel historia, solamente un verense resultó procesado por ser partícipe de la represión en el destacamento de Santa Felicia, en el marco de la reconocida causa “050” que condenó al al ex interventor del municipio de Reconquista Danilo Sambuelli, entre otros, cabeza máxima de la represión de la III Brigada Aérea de la capital del departamento Gral. Obligado.
Esta cruel historia de lucha de los marginados detenidos locales es la que se decidió homenajear en esta 5ta edición del Festival de la Memoria, esta vez organizado por un grupo de jóvenes autodenominados Jóvenes por la Memoria, que se realizó el lunes 23, a modo de vigilia de la tan significativa fecha.
Allí se congregaron familias enteras, niños, jóvenes y adultos, amigos, representantes de partidos políticos, dirigentes sociales, artistas musicales, pintores, militantes. Con una amplia participación ciudadana través de distintas instituciones o en forma individual, llegaron hasta el predio de calle Corrientes para homenajear a las víctimas de esa dura etapa a la que, afirmaron, no se desea volver NUNCA MÁS.
Allí hubo música en vivo, radio al aire libre, pintura colectiva y muchas palabras que transmitieron emociones, experiencias e invitaron a la reflexión a través de la participación ciudadana en variadas formas de expresión, todo ello estuvo presente en lo que fue una fiesta de la democracia.
Desde el aplauso, hasta las opiniones volcadas en la Mesa de la Memoria, un homenaje a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo propuesta por la Asociación Civil La Quinta, todo sirvió para que el evento tome real forma democrática, una práctica que poco a poco va fortaleciendo nuestra identidad en la apropiación de los espacios públicos con fines culturales, educativos y recreativos.
La concurrencia fue buena y el festival se fue desarrollando en forma pacífica, algo que valió para derribar el mito que se venía instalando desde los medios y desde algunas instituciones en la cabeza de los verenses, aquel que advertía que “ya no se podrían hacer eventos masivos en lugares públicos por la INSEGURIDAD”.
Nada de esto se hizo presente en el Festival por la Memoria, tal vez por la consigna, quizás por la propuesta o simplemente porque aquello no tiene tanto de verdad. Así, quedó demostrado una vez más que los espacios públicos son para ser usados y vivificados por todos nosotros.
El debut de los locales Kingos, Fuera de Foco y Bajo Piel de Calchaquí, Grietas de Reconquista y el cierre de Dr. Soplete. Esas fueron las bandas que tuvieron a su cargo la música y que mantuvieron a la gente despierta hasta las 3 de la madrugada del martes 24, cuando la fecha de la Memoria por la Verdad y la Justicia tomó más fuerza.
Todo se llevó a cabo con alegría, con emoción y en armonía. Una vez más, todos juntos, los verenses dijeron NUNCA MÁS a una dictadura cívico militar.
Jóvenes por la Memoria son:
Milton Alberto - Matías Mozón - Verónica Acosta - Sara Parra - Gabriela Vera - Federico Romero - Cristobal Romero - Juan José Storti
A partir de allí la violencia institucional se fue concretando de diversas formas. En Buenos Aires, el epicentro de lo más cruel de la dictadura estuvo en las áreas que pertenecían al Ejército Argentino y a sus dependencias, como la Fuerza Aérea, la Marina y hasta las distintas jefaturas de policía como institución representante de la represión de las fuerzas de seguridad.
En este marco, cada provincia fue acoplándose a este modelo represivo de violencia perpetuada desde el Estado. En Santa Fe, por ejemplo, aunque una proporción importante de los detenidos fueron liberados de una u otra forma luego de los tormentos recibidos, las prácticas fueron replicándose en algunas comisarías como la Brigada de Investigaciones, la Comisaría 4ta; o en las dependencias del II Cuerpo del Ejército como la Guardia de Infantería Reforzada.
En nuestro norte santafesino, el ojo dictador fue puesto encima de las áreas más pobladas, como Reconquista y Vera, donde hubo varios detenidos-desaparecidos.
Dentro de la jurisdicción verense, el Cuartel de la Guardia Rural Los Pumas con asentamiento en Santa Felicia funcionó como Centro Clandestino de Detención, tal como quedó señalado el pasado 31 de julio, cuando en un emotivo acto se homenajeó a los detenidos que pasaron por aquel lugar las peores horas de su vida.
De esta cruel historia, solamente un verense resultó procesado por ser partícipe de la represión en el destacamento de Santa Felicia, en el marco de la reconocida causa “050” que condenó al al ex interventor del municipio de Reconquista Danilo Sambuelli, entre otros, cabeza máxima de la represión de la III Brigada Aérea de la capital del departamento Gral. Obligado.
Esta cruel historia de lucha de los marginados detenidos locales es la que se decidió homenajear en esta 5ta edición del Festival de la Memoria, esta vez organizado por un grupo de jóvenes autodenominados Jóvenes por la Memoria, que se realizó el lunes 23, a modo de vigilia de la tan significativa fecha.
Allí se congregaron familias enteras, niños, jóvenes y adultos, amigos, representantes de partidos políticos, dirigentes sociales, artistas musicales, pintores, militantes. Con una amplia participación ciudadana través de distintas instituciones o en forma individual, llegaron hasta el predio de calle Corrientes para homenajear a las víctimas de esa dura etapa a la que, afirmaron, no se desea volver NUNCA MÁS.
Allí hubo música en vivo, radio al aire libre, pintura colectiva y muchas palabras que transmitieron emociones, experiencias e invitaron a la reflexión a través de la participación ciudadana en variadas formas de expresión, todo ello estuvo presente en lo que fue una fiesta de la democracia.
Desde el aplauso, hasta las opiniones volcadas en la Mesa de la Memoria, un homenaje a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo propuesta por la Asociación Civil La Quinta, todo sirvió para que el evento tome real forma democrática, una práctica que poco a poco va fortaleciendo nuestra identidad en la apropiación de los espacios públicos con fines culturales, educativos y recreativos.
La concurrencia fue buena y el festival se fue desarrollando en forma pacífica, algo que valió para derribar el mito que se venía instalando desde los medios y desde algunas instituciones en la cabeza de los verenses, aquel que advertía que “ya no se podrían hacer eventos masivos en lugares públicos por la INSEGURIDAD”.
Nada de esto se hizo presente en el Festival por la Memoria, tal vez por la consigna, quizás por la propuesta o simplemente porque aquello no tiene tanto de verdad. Así, quedó demostrado una vez más que los espacios públicos son para ser usados y vivificados por todos nosotros.
El debut de los locales Kingos, Fuera de Foco y Bajo Piel de Calchaquí, Grietas de Reconquista y el cierre de Dr. Soplete. Esas fueron las bandas que tuvieron a su cargo la música y que mantuvieron a la gente despierta hasta las 3 de la madrugada del martes 24, cuando la fecha de la Memoria por la Verdad y la Justicia tomó más fuerza.
Todo se llevó a cabo con alegría, con emoción y en armonía. Una vez más, todos juntos, los verenses dijeron NUNCA MÁS a una dictadura cívico militar.
Jóvenes por la Memoria son:
Milton Alberto - Matías Mozón - Verónica Acosta - Sara Parra - Gabriela Vera - Federico Romero - Cristobal Romero - Juan José Storti
Juan José Storti |Edición Vera|
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