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La producción y la acumulación de la basura es un problema al que nos enfrentamos por el sólo hecho de formar parte de la sociedad de esta nueva era, donde no sólo se producen y consumen bienes en masa, sino que también se producen subproductos que acompañan a esos bienes, tales como envoltorios de papel, latas, plástico o cartón, publicidades gráficas, papeleo administrativo, pilas y demás objetos de corta duración o que han entrado en desuso con el tiempo.
Estos desechos crecen en proporción a medida que crecen demográficamente las ciudadesdebido a que los generadores de basura somos nosotros, las personas que habitamos las grandes urbes y que consumimos todo tipo de productos, la mayoría de los cuales podrían ser reutilizables pero que desaprovechamos por la ausencia de un plan público de reciclado y/o de instrumentos educativos y culturales que cambien nuestros hábitos de consumo y de generación de basura. Además de los domicilios, los lugares que más deshechos generan son las instituciones (facturación, papeleo burocrático), las industrias (como los frigoríficos y las panificadoras) y los comercios (uno de los mayores generadores de residuos en nuestra ciudad son los supermercados).
Siguiendo al Técnico en Gestión Ambiental y comunicador social, Cristian Frers, “existen varias formas de acumulación (de basura), una de ellas es la de los basureros a cielo abierto”. Según Frers esta modalidad de disposición final de residuos es una de las más contaminantes e insalubres, ya que su implementación puede traer consigo “riesgos de enfermedades para la población debido a que comienzan a generarse vectores como ratones, moscas y otros tipos de plagas que transmiten enfermedades”.
Estos factores relacionados con la salud de la población no serían los únicos efectos negativos que generan los basureros a cielo abierto como la cava municipal que se encuentra funcionando sobre la ruta provincial 102s, en el norte de la ciudad, cuya autoridad controladora es la Municipalidad de Vera.
Otros efectos negativos importantes tienen que ver, según Frers, con los problemas ambientales que afectan el suelo, el agua y el aire: “la capa vegetal originaria de la zona desaparece, hay una erosión del suelo, contamina a la atmósfera con materiales inertes y microorganismos. Con el tiempo, alguna parte de ellos se irá descomponiendo y darán lugar a nuevos componentes químicos que provocarán la contaminación del medio, que provocarán que el suelo pierda muchas de sus propiedades originales” e incluso podrían filtrarse hasta las capas freáticas donde se encuentra alojada el agua subterránea apta para el consumo humano, animal o utilizada para el riego de cultivos.
Numerosas organizaciones ambientalistas, especialistas como el propio Cristian Frers y hasta el gobierno de laProvincia de Santa Fe están de acuerdo con que una de las posibles soluciones hacia un mejor tratamiento, gestión, acumulación y disposición final de los residuos urbanos es la creación de Rellenos Sanitarios. Continuando con la explicación del técnico en Gestión Ambiental “El relleno sanitario es un método de disposición final, que confina los desechos en un área lo más estrecha posible, los cubre con capas de tierra y compacta diariamente para reducir drástica y significativamente su volumen. El Centro de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (Cepis) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lo declaran como el método de disposición final por excelencia, aquel que no representa ningún riesgo para la salud de la población. El único admisible, ya que minimiza la contaminación y el impacto negativo en el ambiente.”
La ley provincial 13 .055 sancionada a fines de 2009 apunta en este sentido, ya que en sus artículos se detalla un plan a largo plazo para la disminución Residuos Sólidos Urbanos y sienta las bases para una correcta gestión integral de residuos en todas sus etapas: desde la generación y la disposición inicial, pasando por el transporte, el tratamiento, la transferencia y llegando a la disposición final de la basura.
El artículo 8º de la citada ley es claro y sentencia que “constituye un objetivo prioritario para la Provincia de Santa Fe la erradicación definitiva de los basurales a cielo abierto y/o clandestinos en un plazo no mayor a 2 años”. Otro de sus artículos, el Nº 28, prohíbe “la eliminación de residuos por el método de incineración, en cualquiera de sus formas…”
Si bien el espíritu de la ley apunta hacia un cambio cultural en la generación y selección de basura en el domicilio para su disminución drástica, también es indicativa sobre los deberes de los Municipios y Comunas a la hora de gestionar la basura generada en su jurisdicción, ya sea formando organismos supramunicipales o tercerizando las tareas de recolección, traslado, tratamiento, reciclaje y acumulación de la basura , pudiendo ser estos cooperativas locales, pequeñas empresas o cualquier particular que presente un proyecto adecuado a la totalidad de la ley, lo que significaría además una fuente generadora de empleo para muchos trabajadores que se encuentran en la informalidad.
Próximo a cumplirse 4 años de la promulgación de la ley de “Basura Cero” el estado actual del basurero local es alarmante. Incineración de los residuos, ausencia de sectorialización de la basura y de señalización dentro del predio, falta de control sobre los tipos de desechos que se arrojan a las fosas, caminos internos del predio intransitables, inexistencia de personal especializado para el mantenimiento del lugar son algunos de los problemas enumerados por Miguel Marchetti, propietario del terreno donde se encuentra funcionando el basurero a cielo abierto y encargado de la seguridad del predio donde vive con su familia a escasos metros de las montañas de basura que se han formado y que se seguirán formando si los responsables de la administración pública local se siguen manejando por fuera del marco de las leyes existentes y no tratan esta problemática como tema de agenda que lleve a una su solución urgente y necesaria.
Por Juan José Storti | EDICION VERA |
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