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Un testigo-víctima de la megacausa por delitos de lesa humanidad en Santa Fe acusó al ex diputado del PJ, hoy militante del PRO, Julio "Tipi" Ramos, de participar en un interrogatorio en un centro clandestino de detención entre fines de 1976 y principios de 1977. El acusado había sido militante de la JP pero luego se convirtió en represor.
Un ex diputado provincial del PJ que se pasó a las filas del PRO, el partido de Mauricio Macri, fue denunciado en el juicio por la megacausa por participar en interrogatorios en un centro clandestino de la dictadura. Se trata de Julio "Tipi" Ramos, a quien un ex compañero de militancia, Luis Felipe Solé, lo reconoció en un chupadero en el norte de la ciudad, donde lo tenían esposado y atado con cadenas a un camastro. El hecho ocurrió entre "fines de 1976 y principios de 1977" cuando dos interrogadores: Ramos y otro colaborador de la represión que identificó como Rubén Real, le preguntaron por su hermano, Alberto Solé, que está desaparecido desde agosto de 1977. "Ramos actuaba a cara descubierta y se dirigía a mi con pleno conocimiento de que yo sabía quién era él", dijo Solé.
El testimonio del ex preso político es el segundo que plantea el rol de los civiles que operaron como agentes secretos del Ejército en el terrorismo de estado. A fines de noviembre, el abogado Carlos Pacheco denunció a tres ex compañeros de la escuela secundaria de Santo Tomé que aparecieron en la lista de PCI, Oscar Hugo Martínez, Angel Roque Sgroi y Angel Antonio Yommi y dijo estar "seguro" que uno de ellos participó en el "interrogatorio" cuando lo torturaron en "La Casita" (otro chupadero que aún no fue localizado), en marzo de 1977.
En la penúltima audiencia, Solé señaló a Ramos, quien se recicló en democracia: fue diputado provincial del PJ en el período 1987-91 y varias veces concejal en la ciudad de Vera, donde cumplió su último mandato en 2009 y luego intentó otra reelección como candidato del PRO.
En este tramo del juicio, el Tribunal Oral de Santa Fe investiga la caída de ocho militantes políticos en tres días, entre el 19 y 21 de agosto de 1977. La responsable del grupo, Elsa Raquel Díaz, fue asesinada en el barrio Roma cuando escapaba de una patota del Ejército y sus siete compañeros están desaparecidos desde entonces. Seis de ellos militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES): Alberto Solé, Néstor Hugo Cherry, Carlos Miguel Pepe, Norberto Aldo Partida, Luis Alberto Verdú y Angel Eduardo Fiocchi y el octavo era el profesor de filosofía Alberto Tomás Velzi. "Es como si se los hubiera tragado la tierra", dijo la abogada querellante Lucila Puyol.
Una de las pruebas de la causa es un informe de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia que plantea la hipótesis de "un hilo conductor entre el homicidio de Elsa Raquel Díaz y la desaparición de Velzi y de los seis pibes de la UES, que tenían entre 18 a 23 años. Velzi fue secuestrado en su casa el 21 de agosto de 1977 y su compañera, la ex jueza Liliana Díaz declaró en el juicio que el jefe de los represores era un mayor retirado del Ejército, Benito Guglielmone.
Solé estaba preso en la cárcel de Coronda cuando lo sacaron para interrogarlo en un centro clandestino. Ubica el traslado entre "fines de 1976 y principios de 1977". El había caído un año antes, en diciembre de 1975, y por ese hecho su hermano Alberto pasó a la clandestinidad, hasta que desapareció en agosto de 1977.
El Servicio Penitenciario lo trasladó desde Coronda hasta una comisaría en Aristóbulo del Valle al fondo, donde la Policía de Santa Fe se lo entregó a la patota de Inteligencia del Ejército. En Santa Fe operaba el Destacamento 122. "Me llevan a un lugar desconocido, descampado, pienso que era una quinta porque se escuchaba el silencio de la noche y el canto de las ranas", dijo.
"En ese chupadero, soy interrogado y aparece a cara descubierta Julio Ramos, alias "Tipi", quien fuera militante de la Juventud Peronista en los setenta y pasó a ser colaborador de los servicios de inteligencia Allí me preguntaron por mi hermano. Lo hizo este Ramos, entre otros. Reconocí también a otro integrante de los servicios por haberlo conocido de mi barrio en la adolescencia, que vivía en Primera Junta al 3400, llamado Rubén Real", quien también operaba "a cara descubierta", relató Solé.
"Ramos se dirigía a mi con pleno conocimiento de que yo sabía quién era. Me preguntó por Alberto, si sabía algo. Le contesté que no, porque estaba preso. Y si me querían torturar que lo hicieran porque no sabía nada. Esto era cierto. Yo estaba esposado", recordó Solé. Real les dejó las llaves de las esposas cerca, al alcance de la mano, como para que él pudiera liberarse y escapar. Pero no lo intentó. Y cuando regresó Real, le dijo: \'Te olvidaste las llaves\' "El no me contestó nada", agregó. Solé ubicó el chupadero en la zona norte, a unos 20 minutos de viaje de la comisaría. "Tengo la impresión que salieron hacia el norte, en esa época, la ciudad se terminaba por esa zona, así que el trayecto fue directo. Creo que el lugar era cerca de Laguna Paiva".
"Todas las preguntas que me hicieron eran sobre mi hermano, lo estaban buscando a él. Ramos conocía perfectamente a mi hermano porque en la época de militante iba a mi casa, era amigo de Alberto. El fue mi contacto político en la Universidad, yo estudiaba y el militaba en la JUP en la Facultad de Ingeniería Química, y ahí lo conocí, en 1971", concluyó.
Fuente. Agenciafe
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