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Una joven policía de nuestra ciudad vivió un violento hecho que, gracias al accionar de la policía, no terminó en tragedia.
El suceso tuvo lugar en la zona oeste de Rosario, casi en la ruralidad.Dos personas atacaron con un arma blanca a Natalia Flores, una chica de 20 años, por motivos que aún se tratan de establecer. Al parecer, uno de los atacantes era una amiga de Natalia y el otro su novio, quienes le cortaron la tráquea y la yugular provocándole heridas de tal gravedad que la creyeron muerta.
La joven herida pudo caminar cien metros hasta encontrar a Elisa, una humilde cartonera que se comunicó con el número de emergencias. El patrullero más cercano no tardó en llegar. Para suerte de Natalia, a escena llegaron dos jóvenes policías que la atendieron de inmediato y la llevaron hasta el hospital de Granadero Baigorria, a unos 10 km de Rosario, donde lograron salvarle la vida.
“El centro está mucho más cerca, pero por una cuestión de tiempo decidimos recorrer los 10 kilómetros que separan a Granadero Baigorría de lugar del hecho a unos 170 km por hora. Hasta el centro hay veinte semáforos y dos vías y con el transito hubiera sido imposible llegar a tiempo” informó a nuestro medio Gustavo Ortiz, uno de los policías protagonistas de salvarle la vida Natalia.
La otra policía protagonista de este milagro es Valeria Vázquez, una joven verense que como muchos otros jóvenes ha tenido que emigrar a la gran ciudad en busca de un mejor porvenir y que se encontraba dentro del móvil 5434, en el momento justo en que fueron alertados por el llamado de la señora Elisa.
“Cuando llegamos al lugar la señora estaba esperando con Natalia en su regazo, presionándole el lugar de la herida para cortarle el sangrado. Nosotros la cargamos inmediatamente al móvil y logramos llegar al hospital de Granadero Baigorria” declaró emocionado Ortíz, quien fue el encargado de manejar el móvil policial a una velocidad extraordinaria.
“Gajes del oficio” suele decirse en esos casos donde el día a día naturaliza los hechos excepcionales a los que somos sometidos según nuestra vocación o rol en la sociedad. Es la frase que encaja perfecto en esta vocación del verdadero policía, enfocada en cuidar, y excepcionalmente, en salvar la vida de cada uno de nosotros, poniendo en riesgo incluso su propia vida.
Por Juan José Storti | EDICION VERA |
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