Una jornada accidentada en la que hubo muchos inconvenientes y debieron suspenderse dos especiales por cuestiones de seguridad, piquetes y desorientación de los pilotos. Un vivac conmocionado recibió al Dakar

En la quinta etapa de la competencia pasó todo lo que no había pasado en todas las jornadas anteriores: accidentes, desorientación, suspensiones y la muerte de tres trabajadores de prensa marcaron el día más negro de la carrera.

Tucumán fue un oasis verde entre tanto caos. El jardín de la república recibió al Dakar con mucho calor, el fervor del público y un vivac verde que se ubicó en el hipódromo de la ciudad, donde la conmoción fue la sensación común entre todos.

El día empezó con un especial en las dunas, donde la navegación era fundamental. El primer tramo terminó con algunos accidentes, pero lo peor estaba por llegar: para la segunda parte de la competencia la organización debió suspender dos tramos para motos y cuatriciclos por la cantidad de pilotos perdidos.

Una jornada de intenso calor y un recorrido complicado dejaron como resultado una de las jornadas más caóticas de la competencia. Además un piquete de productores tabacaleros complicó el paso de los camiones de asistencia.

La entrada a Tucumán fue por Tafí del Valle, una zona de frondosa vegetación, con un paisaje imponente y un camino de cornisa, que desemboca en el jardín de la república donde miles de personas recibieron la llegada de la competencia.

Las malas noticias de los accidentados, la suspensión de los especiales y los problemas que sufrieron los principales candidatos marcaron al vivac, donde la conmoción, ante un día de caos total y versiones encontradas, marcaron el pulso.

Mañana será el turno de partir hacia Salta, donde la caravana del Dakar podrá disfrutar de un día de descanso para recuperar energías, evaluar las estrategias y reacondicionar los  vehículos, además de relajarse con una serie de shows y eventos especiales.

 

Espectaculares imágenes del incendio de una moto en el Dakar

El Rally Dakar es una competencia apasionante, pero también dura y peligrosa para sus participantes. El piloto portugués Paulo Gonçalves vivió estas sensaciones en carne propia ayer, durante la quinta etapa, que unió a las provincias de La Rioja y Tucumán.

El corredor de Honda, que el año pasado fue campeón mundial de Cross Country, lideraba el tramo. Sin embargo, su supremacía terminó cuando su vehículo comenzó a incendiarse.

Aunque intentó tirarle arena para apagar las llamas, el esfuerzo fue inútil y la pérdida fue total. De esta manera, el portugués debió poner fin a su participación en la edición 2014 del Dakar.

Goncalves pidió ayuda a uno de sus colegas, pero este pasó de largo y continuó con la carrera. El llanto desconsolado del piloto de Honda fue el fiel reflejo de la impotencia y la desazón.