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A un año del comienzo del ambicioso programa de préstamos hipotecarios, sus efectos se hacen sentir en Santa Fe y el país. La reactivación del sector de la construcción se puede medir en cifras provenientes de las más diversas fuentes. Este resurgir de la actividad tiene derivaciones insospechadas: nuestra zona puede ser escenario de la primera casa de barro financiada por el Procrear.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó el 13 de junio pasado el acto por el primer aniversario de la puesta en marcha del Programa Crédito Argentino Bicentenario (Procrear), donde destacó que ya se encuentran en construcción unas 61.824 viviendas.
En la web oficial de ANSES se explican sintéticamente los múltiples fines del plan gubernamental. “Tiene por objetivo atender las necesidades habitacionales de los ciudadanos de todo el territorio nacional. Esta amplitud se alcanza fundamentalmente articulando dos líneas de acción estatal: por un lado la construcción de proyectos habitacionales y la movilización de recursos públicos en un programa de préstamos hipotecarios”, señala, y después destaca que “por medio de este programa no sólo se busca cumplir este objetivo, sino que se impulsa la actividad económica a través del incentivo a la construcción de viviendas, lo cual tiene importantísimos efectos beneficiosos sobre el conjunto de la economía, tanto en la producción, como el trabajo y el consumo interno”.
En la ciudad de Santa Fe y su zona, el impacto del plan nacional de créditos hipotecarios también se siente. En este sentido, la Dirección de Edificaciones Privadas de la Municipalidad de Santa Fe confirmó a Código 3000 que recibió 228 pedidos de autorización de construcción relacionados con Procrear, de los cuales 53 se concretaron entre mayo, junio y julio de este año.
Hay, además, otros efectos diversos y novedosos. En este contexto hay que ubicar el trabajo de la cooperativa de trabajo Teko, que desde hace cuatro años desarrolla construcciones sustentables con materiales de bajo impacto ambiental. El nombre, en guaraní, significa “cultura” y “modo de ser – sabiduría”, relacionado con la identidad ancestral de ese pueblo. No es casual, en consecuencia, que su lugar de asentamiento sea Arroyo Leyes, un lugar estratégico por los beneficios de la costa respetuoso del río y de los modos de vida regionales.
Según sus integrantes, 15 personas constructores, arquitectos y contadores, uno de sus principales fines es promover el desarrollo sostenible de las comunidades y el hábitat. Se persiguen los principios de economía social tanto en la organización y las formas de decisión y trabajo internas, como así también en las actividades que se desarrollan para personas, familias, grupos y comunidades, vinculándose de manera solidaria con pequeños y medianos emprendimientos, ONG, instituciones educativas y organizaciones gubernamentales. Actualmente, dictan una vez a la semana un taller en el barrio Chaqueño direccionado a los jóvenes del lugar, además de colaborar con la comunidad mocoví de Recreo con eje en la lucha por la tierra y su realización como pueblo.
Desde junio del año pasado, Teko trabaja en la edificación de 13 viviendas financiadas por el plan Procrear. “La mayoría de las casas que estamos construyendo son de parejas muy jóvenes, a quienes sin este programa les sería imposible acceder a la vivienda propia. Estamos edificando en Esperanza, Altos del Valle, Colastiné, Rincón, Arroyo Leyes, Recreo y Sauce Viejo. El avance de las obras alcanza un 80% siempre respetando al Banco Hipotecario, que nos habilita para continuar con las etapas. Desde que comenzamos con el anteproyecto no hemos tenido un solo inconveniente porque los créditos funcionan muy bien. A través del Procrear hemos podido seguir sosteniendo este proyecto de cooperativa. Creemos que existe una redistribución justa y a la vez nos permite articular con otros emprendimientos. Podemos observar que, a la hora construir, ya no se inclinan sólo por las grandes empresas sino también por las más pequeñas”, explicó Mariano Pautasso, integrante de la organización.
La participación de la economía solidaria no es la única novedad en el Procrear. “Los créditos son tan flexibles que a la vez nos permiten trabajar en otras formas de construcción ligadas a la naturaleza. Estamos gestionando dos créditos vinculados a la construcción natural. Por lo general los municipios no son expeditivos cuando presentamos un proyecto de material de bajo impacto ambiental pero son alternativas muy viables y posibilitan una mayor relación ambiental”, agregó Mariano.
Según María Eugenia Germano, integrante junto a otros seis compañeros del equipo profesional de Teko, desde el anuncio del Procrear han tenido continuas consultas sobre los beneficios de la construcción sustentable a través de la edificación de casas de barro. Si bien los 13 proyectos que tienen en marcha se construyen con tecnologías tradicionales, en breve comenzarán a trabajar en la construcción de una vivienda de estas peculiares características.
“Hace poco tiempo una joven pareja de San José del Rincón nos hizo saber su decisión de construir su casa de tierra a través del Procrear. Para ello tuvimos que realizar una serie de trámites y finalmente conseguimos una excepción a las ordenanzas, ya que no están permitidos otros tipos de construcción que no sean los tradicionales. Si bien los jóvenes fueron adjudicados en el Procrear, aguardan la autorización del mismo que se conocerá dentro de poco. De ser así nos convertiremos en el primer caso de Argentina en el cual se construye una casa de tecnología sustentable gracias al programa nacional de créditos”, puntualizó María Eugenia.
Para los integrantes de Teko, el paso a seguir es conseguir el acompañamiento de municipios y comunas a través de su normativa para que reglamenten el trabajo de la construcción con tierra. “Somos los únicos, como cooperativa, que realizamos este tipo de trabajo”, aseveró.
Las diferencias se notan sobre todo en lo económico, pero no es lo más importante: “Cuando hablamos de construcciones de barro hablamos de un material noble con muchos beneficios. Por ejemplo, absorbe la humedad, es fácil de acondicionar y posee muchas características positivas para el medio ambiente. Creo que a través del Procrear vamos a recibir más consultas”, finalizó.
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