SEP
"Esta Presidenta no manda emisarios ni tiene correos", dijo la jefa de Estado, al tiempo que negó que exista intromisión de su parte en el tratamiento del proyecto impositivo en Santa Fe.
Amable reproche para el gobernador Antonio Bonfatti y mensaje para la interna del justicialismo santafesino. Con esos condimentos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó desde Casa Rosada el acto de habilitación del intercambiador de tránsito de la avenida Circunvalación.
El acto se hizo en el club de barrio más cercano a las obras recientemente concluidas. En el tinglado del playón deportivo, las barras kirchneristas volvieron a dar color y sonido. Parados frente a la cámara, se alinearon Bonfatti, el administrador de Vialidad Nacional, Nelson Periotti, el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, y Rossi de un lado, y Ramos del otro. Cinco minutos antes de las siete de la tarde, la pantalla mostró el ingreso de la presidenta, flanqueada por el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, los ministros Florencio Randazzo y Julio De Vido.
La Presidenta empezó por destacar el beneficio del nuevo intercambiador para la ciudad y el polo agroindustrial que la circunda, pero antes de cumplir un minuto de alocución, cambió de tema: "Ya que estamos, señor gobernador, hoy estuve hablando con el diputado Rossi, se que usted ha presentado una reforma tributaria en la Legislatura local y parece que algunos funcionarios suyos dijeron que el gobierno nacional quería imponerle a usted un plan de ajuste, a través de nuestros diputados y senadores. Se que usted es un federalista cabal y jamás aceptaría que esta Presidenta le diga lo que tiene que hacer", sorprendió.
"Que no haya confusiones -prosiguió CFK-, primero porque usted tiene la suficiente inteligencia para diseñar un plan de gobierno que administre correctamente su provincia, y además porque los legisladores de Santa Fe, amén de la fuerza política a la que pertenezcan, no actúan por indicación de esta Presidenta sino por los intereses de Santa Fe. A usted lo respeto profundamente, como a todos los gobernadores del país", dijo.
A esa altura, Bonfatti ya intentaba tomar la palabra para desentenderse de esa hipótesis, pero la Presidenta no lo dejó meter bocadillo. Ella se desmarcó de "algunos gobernantes argentinos que cuando había una medida adversa decían que se lo pedía el FMI, pero ni yo tengo cara de FMI ni lo pienso hacer con ninguno de mis colegas, porque los gobernadores son mis colegas por tener la máxima responsabilidad en un distrito: usted en Santa Fe y yo en la República Argentina, que es un poquito más difícil".
Entonces, Fernández de Kirchner comentó que ayer telefoneó "al presidente de mi bancada para decirle que si algún funcionario le había dicho que había que hacer algo en Santa Fe en nombre de la Presidenta, le digo que esta Presidenta no manda emisarios ni tiene correos. Cuando quiere algo, va y lo dice". Además del interpelado, Ramos y Rossi eran los que más fijo miraban la pantalla. Más tarde, una fuente del entorno del diputado K interpretaría la aclaración presidencial como una desautorización explícita para el baigorrense en su relación con el foro de intendentes justicialistas y dentro de la coyuntura actual del PJ santafesino, y a la vez, como un reconocimiento a Rossi.
Luego le sugirió al Ejecutivo santafesino "un poco de ayuda para los intendentes, que nos cuentan que todo va para Rosario y Santa Fe, y el resto queda con la ñata contra el vidrio, así que haga un esfuercito para que el federalismo que reclamamos a la Nación podamos practicarlo en la provincia", chicaneó sin borrar la sonrisa.
Fuente SM
Link permanente a la noticia: