El poder está vacante

El panorama del 2015 viene tan complicado que no está resuelto quién se quedará con el poder real en la provincia. Podrían ganar una elección, pero sin el poder necesario para imponer su impronta.

La nueva ley de boleta única permite la aparición de “ricos y famosos” y destruye a los partidos políticos que han sido siempre los constructores del poder real. Hay un festival de candidaturas de periodistas y famosos en todo el territorio provincial que desvirtúa la política. Habrá excepciones, donde por sus conocimientos pueden aportar algo interesante, pero alguien que habló siempre de fútbol o de la moda, ¿qué puede saber sobre cómo darle respuestas a una sociedad demandante de soluciones en temas tan sensibles como la seguridad, la salud, el trabajo y la educación?

Según las encuestas, al día de hoy,  el gobernador sería Miguel del Sel, pero no tendría ninguna Cámara Legislativa que le responda, ya que todo presupone que Diputados quedaría en manos del FPCS –con Antonio Bonfatti como el gran opositor-  y el Senado con mayoría Justicialista, con una gran decepción de no haber podido construir un proyecto con el “Midachi” que ha privilegiado el acuerdo con la UCR para la vice gobernación.-

Los senadores, los “mini gobernadores territoriales”, irán con el PJ o sus distritales haciendo alianzas personales para garantizar su banca, y luego definir una estrategia en conjunto para convertirse en la otra oposición que dispute con Antonio Bonfatti la sucesión del 2019, o bien reciban una propuesta de gobernabilidad por parte del Ejecutivo.

Jorge Boasso, el vice de Miguel, le brinda los votos que necesita para consolidar Rosario y es un claro mensaje “frentista” a una sociedad que valora los consensos y la diversidad de pensamientos. También permite cerrar una propuesta local con grandes chances de ganar la intendencia.

Miguel del Sel siempre supo que el acuerdo en Santa Fe era con el justicialismo para poder gobernar tranquilo,  pero la imposición de Buenos Aires de acordar con el radicalismo para seguir una estrategia nacional,  lo deja en una situación incómoda para gestionar sin sobresaltos.

No le va a ser nada fácil. No tiene vínculos con el Poder Judicial, ninguna de las Cámaras le responderán y la sociedad le va a reclamar acciones inmediatas para contener el avance del narcotráfico y la inseguridad. En los primeros 100 días debería definir la impronta de su gestión, que le permita construir un fuerte vínculo con la sociedad que ponga límites a las voraces ambiciones de la oposición.

Tampoco Miguel Lifschitz estaría en buenas condiciones de ejercer plenamente el poder en caso de ganar las elecciones. Más allá de las apariencias públicas, no tiene buena relación con Antonio Bonfatti ni Hermes Binner, principalmente después del “conato de destitución” de su candidatura a gobernador. Su relación con los senadores de su frente es lo más sólido que tiene para encarar una gestión, donde seguramente encontraría acompañamiento de sus actuales pares justicialistas.

Si bien contaría con una cámara de Diputados con mayoría del FPCS, con la interna socialista y la cantidad de bloques que se armarán con los distintos partidos que lo componen, algunos divididos en varios pedazos, le será muy difícil construir consensos porque habrá un fuerte liderazgo desde la presidencia que tiene el objetivo de volver en el 2019.

El justicialismo, que ha sabido construir y manejar el poder en la provincia de Santa Fe, se está deshilachando por las internas y la falta de liderazgos. Luego del Congreso Partidario, donde la “hipocresía” sobrevoló toda la reunión, quedó en claro que muchos sectores internos ya tenían definidos acuerdos con otros partidos, privilegiando las cuestiones personales antes que los ideales o doctrinas partidarias. La indefinición de María E. Bielsa, la única que podría garantizar una elección decorosa, está llevando a la dispersión de los dirigentes y militantes que quieren pertenecer a un espacio ganador. Con esta realidad, la propuesta justicialista y los candidatos en danzas no lograrían una performance que le permita mantener al partido justicialista como alternativa electoral. Por eso surge el operativo clamor hacia Agustín Rossi para poder cosechar un 22% del nucleo duro del kirchnerismo y dejar vivo al peronismo.

Eduardo Buzzi, que podría ser receptor del peronismo federal y no kirchnerista, todavía no logra consolidar su espacio producto de las internas dentro del propio Frente Ronovador.

El resto de la dirigencia quiere una banca de diputados para sobrevivir, pero con el piso del 1,5% en las PASO, es probable que muchos queden en el camino y sólo logren que se polarice en 3 o 4 listas oficiales.(Escrito  de Carlos Delicia)

Fuente: Sin Mordaza