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Prácticas como el desmonte, la quema de pastizales y las fumigaciones alteraron el hábitat natural de muchas especies.
Los cambios en el uso del suelo asociados al modelo de agronegocios pampeano impactaron sobre la cantidad de aves que pueblan las zonas rurales de Santa Fe. Así lo evaluó Martín de la Peña, uno de los mayores referentes nacionales en ornitología y experto en temas ambientales regionales
"Desde el año 1970 realizo censos de poblaciones de aves y es llamativa la cantidad de especies que desaparecieron de la provincia", alertó el experto, según quien se ha vuelto raro ver especies como la loyca pampeana del sur provincial, el cardenal amarillo de la cuña boscosa o el curutié ocráceo del área de los departamentos Garay y San Javier
"El curutié se reproduce en las pajas bravas donde hace el nido, pero es sabido que se queman para que su rebrote se use para alimentación de la hacienda. Al quemar las pajas queman también los nidos, por ese motivo pasó a ser un pájaro muy raro que los jóvenes no tendrán la oportunidad de ver y de escuchar sus cantos", puntualizó el especialista
Existen muchos motivos que ayudan a entender por qué la región ha perdido una porción importante de biodiversidad en las últimas décadas, y casi todas están asociadas con malas prácticas en el uso del suelo para explotaciones agropecuarias: quema de pastizales, desmonte, desecación y fumigaciones indiscriminadas con agroquímicos aparecen en esta lista
Otra causa de la disminución de especies de aves en la zona es la caza, una práctica arraigada en muchas zonas rurales que afecta de forma directa el equilibrio del sistema natural: "La caza y el trampeo de especies de interés comercial empeoran la situación", señaló de la Peña, para quien "es notable" cómo en Santa Fe son cada vez más escasas las especies de "jaula", como las corbatitas, los jilgueros y el cardenal amarillo, mientras que otras sobreviven mejor a estas prácticas, como el cardenal común
Descontrol
Según detalló el especialista —nacido en San Justo y autor de Aves argentinas, la guía nacional más actualizada sobre el tema— son muchos los motivos por los cuáles cada vez se ven menos ciertas especies de aves en vastas zonas de la provincia.
Una de las causas más relevantes tiene que ver con la práctica de la quema de pastizales o arbustales que se realizan "sin tener en cuenta ni siquiera el período de reproducción" de los pájaros. El deterioro de esos ambientes es clave porque los pastos y arbustos son grandes proveedores de alimentos como semillas, hojas y frutos. Además, para ciertas especies, son el lugar elegido para hacer sus nidos y criar a sus pichones.
"Son varias las aves que llegan hasta la región central del país en el período primavera-verano para reproducirse (tijereta, churrinche, corbatitas), pero en la actualidad se encuentran con que ya no está su ambiente, lo que provoca la muerte de cientos de pichones y huevos", argumentó el médico veterinario.
El desmonte
El desmonte, práctica brutal y fuera de control que se aceleró en los últimos años con el corrimiento de la frontera agrícola, opera de la misma manera respecto a la biodiversidad del lugar. "Con el desmonte sucede lo mismo que con las quemas para las especies que viven en estos lugares" dijo de la Peña, quien recordó que se trata de seres vivos que precisan "un espacio que satisfaga sus necesidades o requisitos de alimentación, reproducción y defensa".
La tala del monte nativo viene acompañada de destrucción de nidos a mansalva, lo que a su vez empuja a los animales a buscar nuevos hábitats que son cada vez más escasos. "Algunas aves construyen el nido en huecos de árboles o en nidos abandonados por otras aves, pero ¿qué pasa cuando estos huecos o nidos ya no están?" se preguntó el experto.
La escasez de lugar disponible es tal que a veces se observan "pájaros disputarse un lugar para construir su propio nido", por ejemplo entre una pareja de golondrinas y una de jilgueros dorados.
La desecación de los ambientes acuáticos —que puede ocurrir por fenómenos naturales como sequías— muchas veces está originada por prácticas humanas. En esos casos, el agua se utiliza para regadíos o construcción de caminos "provocando de esta manera la desecación de plantas y muerte o éxodo de animales"
Las fumigaciones con agroquímicos, por último, eliminan miles de insectos que son el sustento de las especies de aves insectívoras, lo que significa que en la práctica muchas especies no consiguen recolectar la cantidad necesaria de insectos o larvas para poder alimentar a sus pichones
De la Peña denunció además que la aplicación de venenos para matar a las cotorras hace que también mueran las especies que anidan en los nidos de esas aves, como el patito de collar y el halconcito colorado.
"Llama la atención en los últimos años la escasez de aguiluchos langosteros (migratorio de Norteamérica) que se veían de a cientos cuando llegaban al centro-oeste de Santa Fe y los pocos ejemplares del pecho colorado, que eran abundantes en los alfalfares", agregó.
Así, la población de aves viene sufriendo un serio deterioro, con especies autóctonas que se han vuelto una rareza, y otras migratorias que ya no encuentran en el hábitat adecuado para reproducirse. Mantener el equilibrio y aprovechar los recursos naturales sin comprometer a las especies sería un principio para al menos frenar esta depredación. Algo que puede empezar por la educación (ver nota relacionada).
El valor de educar desde temprano
El ornitólogo Martín de la Peña hace un llamamiento a "mantener el equilibrio y aprovechar los recursos naturales sin comprometer la existencia de las especies".
Uno de los caminos que conducen a una mejor conservación del ambiente es el académico, a través de la multiplicación de estudios sobre conservación, alimentación e interrelación entre el hombre y los animales.
Eso incluye la educación de base a niños y jóvenes. Según de la Peña, una buena medida es familiarizarlos en el respeto y la convivencia con otros seres vivos. Esto puede traducirse en enseñarle a los más chicos a colocar cajas-nidos o caños-nidos en viviendas "de manera que todos tengan un lugar para hacer su nido", o comederos en plazas, parques y jardines "para facilitar el mantenimiento de las aves".
También proveer a las escuelas de guías de aves u otros animales, de binoculares, y fomentar la lectura y la escritura de temas relacionados con el ambiente y la naturaleza en general. /El Litoral/
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