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Con su declaración finalizó la etapa de testimoniales. Entre ayer y hoy pidieron la palabra tres de los cinco imputados. El Tribunal programó el alegato fiscal para el próximo martes.
Con su declaración finalizó la etapa de testimoniales. Entre ayer y hoy pidieron la palabra tres de los cinco imputados. El Tribunal programó el alegato fiscal para el próximo martes.
“Baella decía que él arreglaba con la Corona” declaró el testigo de identidad reservada ayer, ante el Tribunal Oral Federal, en la última ronda de testimoniales del juicio oral que se sigue contra el ex jefe de Policía, Hugo Tognoli, el comisario José Luis Baella, el policía Mauricio Otaduy, el narco Francisco Mendoza y el dealer Fernando Torres.
La exposición del arrepentido duró alrededor de una hora y no fue presencial, sino mediante el sistema de videoconferencia, lo cual ocasionó algunas dificultades a la hora de las preguntas de las partes.
El declarante está preso, purgando una condena por delitos federales en una cárcel de una provincia vecina y, según fuentes del caso, está pronto a obtener la libertad gracias a una rebaja de la pena por ofrecer su colaboración en la causa que ahora es objeto de juicio.
Cadete narco
“Tito Baella decía que era mandado por su jefe”, reiteró el hombre que se definió como “cadete de Mendoza”. “Repartía la droga que Baella le dejaba a Mendoza y Basimiani en la casa de Colastiné”, relató el testigo que permitió enlazar al “Tuerto” Mendoza -implicado en esta causa- y Raúl Basimiani, el productor de música tropical que está preso desde el 7 de noviembre de 2013, atrapado en la misma casa de bulevar Los Jazmines y calle Las Encinas de Colastiné, en la que un año antes -12 de julio de 2012- se desbarató una cocina de cocaína.
A propósito de quién era el jefe de Baella, que se desempeñaba en la Sección Inteligencia de la Dirección de Drogas, el testigo respondió que “decía que él arreglaba con la Corona” y que “Basimiani y Mendoza decían que era Tognoli”.
Cocina de Colastiné
Según la versión del propio testigo, recibía la droga en bolsas o cajas y se encargaba de repartirla en distintos barrios donde se encontraban los kioscos de venta de estupefacientes atribuidos a la organización.
Relató que movían “de 30 a 40 kilos de cocaína y 400 a 500 kilos de marihuana por semana” en los distintos barrios de la ciudad. Con respecto a la casa de Colastiné donde supo vivir Mendoza, el testigo contó que “le bajaban químicos, bolsas grandes para hacer cortes” para el estiramiento de la cocaína.
También destacó que “Mendoza y Basimiani le daban los datos para que Baella allanara y diera positivo en Santa Fe y alrededores” para engrosar la estadística.
Seis años de amistad
También durante la jornada de ayer prestó su declaración María Silva, la mujer que durante seis años acompañó a Norma Castaño en su lucha y ahora revela su peor cara. La mujer contó que se aferró a ella tras el fallecimiento de su marido y que la acompañó largo tiempo en su lucha por las madres y chicos con problemas de adicciones.
Reconoció que solían visitar la Dirección de Control y Prevención de Adicciones de calle Obispo Gelabert, donde Castaño tenía una amiga y que en ocasiones eran recibidas por el jefe Tognoli, pero que nunca escuchó que éste le pidiera que investigue por su cuenta, como dijo Castaño la semana pasada.
Criticó a quien fuera su amiga por haberle pedido a Tognoli que le consiga “una casa para ella y para la hija” y el pago de las cuotas de un auto “porque debía un montón. También de un departamento de Las Flores”, denunció Silva, que reconoció que estuvieron juntas “hasta 2012, que me di cuenta de que ella estaba lucrando con la enfermedad del hijo. Sólo le importa ella, no los hijos de nadie”, cuestionó.
Alegatos finales
Esas fueron las últimas testimoniales y las más relevantes de la jornada en la que se puso fin a la ronda de testigos, que en total alcanzaron al medio centenar. El Tribunal escuchó esa misma tarde a uno de los imputados -Mendoza- y continuó hoy con las declaraciones del policía Mauricio Otaduy y una nueva intervención del comisario Baella, que desmintió lo dicho por el testigo de identidad reservada.
El juicio que comenzó el 14 de septiembre tuvo hoy un punto de inflexión con las últimas diligencias ordenadas, tendientes a incorporar las últimas pruebas solicitadas por las partes. El tribunal -que integran los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano H. Lauría- fijó para el próximo martes-, a las 8.30, la reanudación del juicio, ya dispuestos a escuchar el alegato final del fiscal general Martín Suárez Faisal, que promete una detallada y minuciosa exposición para cada uno de los imputados
Causa Tognoli
El llamado juicio a Tognoli es el resultado de tres causas que se tramitaron en etapas diferentes, donde se imputaron personas y delitos distintos, que tienen como denominador común la figura del ex jefe de Policía de la provincia.
La primera de ellas es el procedimiento de corte en el que fue detenido el 11 de julio de 2012 Fernando Torres, con dos kilos de cocaína que provenían de la cocina de Colastiné. Al otro día -12 de julio de 2012- se produce el allanamiento de la quinta donde vivía el “Tuerto” Mendoza y se secuestran casi 15 kilos de estupefacientes, quedando éste último procesado por el delito de “fabricación”.
Luego, una investigación de Asuntos Internos de la provincia dio lugar a una causa federal por encubrimiento en la que Baella fue sorprendido cuando mantenía un encuentro con Mendoza en su casa de la costa.
Por último, una denuncia por coacciones contra la presidente de la asociación civil Madres Solidarias, Norma Castaño, permite hacer coincidir en un solo hecho, al ex jefe Tognoli y al comisario Baella, que según la acusación habrían enviado a Mendoza a “apretar” a Castaño para que retire una denuncia en contra del jefe máximo. Dicho encuentro fue filmado por el policía Otaduy, a quien le atribuyen su participación en las coacciones. /El Litoral/
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