AGO
El polémico cura que había dicho que los homosexuales "no son del todo normales" ahora habla sobre las "dictaduras" de algunos medios y grupos políticos que "lavan el cerebro" de la población.
Dictaduras
¡Buen día!
No sé quién definió la dictadura como “la acción política consistente en proteger a los individuos de todo aquello de lo que no quieren ser protegidos”.
Usted podrá estar o no de acuerdo con la afirmación, pero no podrá negar que hay mucho de verdad en ella. Quien asume un gobierno una actitud dictatorial supone que sabe más que los demás y que puede imponerles ideas, criterios, conductas que un día los demás agradecerán.
Para no quedarnos demasiado en lo inmediato en un próximo pasado, pensemos que, en buena parte, la historia política de la humanidad es una historia de dictaduras, sucesivas o simultáneas, evidentes o encubiertas. Los sistemas de gobierno totalmente democráticos han sido más bien excepciones, y en sus formas actuales no llevan más de dos siglos de existencia.
Pero lo que me interesa sobre todo subrayar aquí es que hay muchas formas de dictaduras que se ejercen, tanto a nivel político, como gremial, social, cultural, religioso, familiar e incluso educativo.
Hay diversos modos de presionar para que las cosas salgan como sólo algunos quieren, más de lo que realmente conviene o más allá de las opiniones de los que están directamente involucrados.
Pensemos, por ejemplo, en la dictadura que ejercen ciertos medios de comunicación social, donde hay un verdadero “lavado de cerebro” que apunta a lo superficial, al materialismo, al placer hedonístico, a lo chabacano y hasta alo soez. Pensemos en las formas de dictadura que emplean ciertos grupos enquistados en centros de poder. Pensemos en las formas de dictadura que se ejercen tantas veces en familia: de los padres hacia los hijos (o a la inversa, según los maridos)…La parte más débil no tiene mayores posibilidades de reaccionar ni cuenta con los medios suficientes para expresar se como debiera.
Si a esto agregamos que, en general, los argentinos somos bastante prepotentes, cuesta muy poco imaginar que el “enano fascista” (de cualquier signo) que todos llevamos dentro se asome al exterior con muchas ganas de someter a los demás.
¡Hasta mañana!
FUENTE: RECONQUISTA HOY
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