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Se trata de enfermarlos con parásitos, lo que resultó letal en el 80% de las pruebas.
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba desarrollaron un innovador sistema de control y combate de alacranes.
Probaron el efecto letal que desencadena un tipo especial de parásitos al ingresar al cuerpo del Tityus trivittatus, el escorpión más peligroso de Argentina.
Sucede que el parásito deposita bacterias y estas a su vez liberan una toxina fatal. Los primeros resultados son alentadores. Con este sistema de control biológico, el 80% de los alacranes expuestos durante seis días a estos nematodos falleció.
Los investigadores del Laboratorio de Parasitología, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, analizan llevar esta técnica a escala doméstica para eliminar de los hogares el Tityus trivittatus, el escorpión que sólo en 2016 produjo en Córdoba 1.134 envenenamientos, un 12 por ciento más que los registrados en 2015 según datos del Boletín Epidemiológico de la Nación.
El equipo de investigadores es dirigido por Camilo Mattoni y Alejandra Bertolotti, y busca probar a través de ensayos de laboratorio, el grado de patogenicidad que provoca un nematodo llamado Steinernema rarum OLI, capaz de parasitar a diferentes insectos y otros artrópodos tales como los escorpiones, publica el portal universitario UNCiencia.
Para Marcela Alcalde, tesista de la carrera de Biología de la UNC, los resultados del "primer ensayo son más que alentadores". Expuestos a una cantidad determinada de nematodos, se observó entre un 70 por ciento y un 80 por ciento de mortalidad, dependiendo de la dosis, en apenas seis días.
Se trata de una especie de gusano microscópico que vive en el suelo y se reproduce masivamente en laboratorio. Es un tipo de nematodo muy efectivo, porque no solo tiene la capacidad de esperar al insecto, sino también de buscarlo. Su nombre lleva la sigla OLI debido a que fue hallado en Oliva, una localidad de la provincia de Córdoba.
Estos parásitos ingresan al organismo de los escorpiones a través de sus aberturas naturales, como el ano, la boca o los espiráculos.
Se trata de un insecticida biológico, ya que tiene el mismo efecto que uno químico, con la salvedad de que es inocuo para los humanos y los animales domésticos.
Una vez que se supere la instancia de laboratorio, el sector industrial debería interesarse por llevar el hallazgo a escala doméstica. "La idea es utilizarlo contra plagas de jardín. Hace 20 años venimos haciendo experiencias contra otras plagas de jardín y descubrimos que estos nematodos no afectan a integrantes benéficos del ecosistema como las lombrices, por ejemplo", afirma Susana Cagnolo, docente de la misma cátedra.
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