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Silvia Saucedo, manifestó que su hijo "está contento, todo va muy bien, sigue la dieta, a veces dice que tiene hambre, pero ya comenzó a caminar en la cinta y a jugar haciendo pases con pelota para ejercitar las manos".
"Durante la noche le colocan una máscara para darle oxigeno para que pueda dormir bien porque el estudio del sueño le dio que hace pausas en la respiración", agregó.
El niño fue derivado desde su ciudad natal, Reconquista, al Hospital de Niños Orlando Alassia por padecer obesidad mórbida.
Allí comenzó un tratamiento para bajar de peso paulatinamente, que durará cerca de un año.
Según lo previsto, tiene que llegar a pesar entre 30 y 34 kilos.
"Mateo es un chico normal, más allá de su gordura, que diariamente va al jardín y juega con sus compañeritos dentro de sus limitaciones, corre poco, pero hace natación", dijo la madre, y agregó que "lo único que le gusta mucho es comer, y en casa está mucho tiempo mirando televisión y jugando con la computadora".
Mateo llegó a pesar 120 kilos cuando fue atendido la primera vez en el Hospital Alassia, donde ya estuvo un tiempo ante de la decisión de la familia de darle el alta voluntario.
El endocrinólogo Sergio García destacó que Mateo y su familia "están haciendo un gran esfuerzo".
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