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Guillermina Perot Mac Donald es la hija del verense Guillermo Perot, un militante apasionado que desapareció por su lucha social el 23 de marzo de 1976, un día antes del Golpe de Estado más cruento de la historia de nuestro país. “Un ser en sintonía con el otro”, tal como lo describe su hija a 40 años de su desaparición.
Guillermina es una artista a secas, tal como le gusta definirse. La suya es una vida itinerante, ha pasado por varias ciudades pero todavía recuerda la Vera que vio crecer a su padre: “Sobre Guillermo, las historias llegan. Familia, hermanos, primos, algún verense, compañeros de militancia. La capa de silencio nos afectó a todos. Los lazos quebraron y nada será como hubiera sido…El que desea contarte lo hace, feliz. Siempre que me han hablado de mi padre, lo hacen con una sonrisa en el rostro, de esas pícaras, de las que nacen estrellas de los ojos”, detalla con un amor particular, casi reflexivo, aunque algunos digan que las pasiones no tienen nada que ver con el razonamiento.
Actualmente tiene casi el doble de la edad que tenía su padre cuando lo desaparecieron en la ciudad de Rosario, un día antes que estallara el tenebroso plan de miedo, represión, exclusión y muerte que tuvo a las fuerzas armadas como principales protagonistas, pero que fueron apoyados por una buena parte de la sociedad civil, del empresariado, sectores de la iglesia, algunas fuerzas políticas y una buena parte de los medios de comunicación. Los que no se callaron fueron exiliados, desaparecidos o cruelmente torturados y asesinados.
A continuación la entrevista completa a Guillermina Perot Mac donald, que significa un viaje al corazón de una artista comprometida, una luchadora aguerrida, una mujer valiente que se decidió desde el principio a levantar las banderas de la Memoria, para una Justicia limpia y una Verdad permanente y que gentilmente nos comparte una parte de su historia de vida en palabras profundas, tan profundas como las razones que tuvo su padre para no abandonar la lucha. Es a Guillermo a quien le dedicamos un sentido homenaje:
-¿Cómo te llevas con tu historia de vida?, ¿cómo fue reencontrarte con la verdad?, ¿cuáles fueron las principales enseñanzas de todo el proceso de búsqueda de información, datos, anécdotas, historias, etc.?
-Guillermina Perot: No conocí otra cosa que la verdad. Nunca me inventaron historias sobre mi padre. El primer atisbo que intentó mi madre al decirme que estaba muerto, no lo acepté, para los niños de tres años sólo las personas mueren por viejas. Mi padre no era viejo.
La información con los años va en aumento, vas conociendo lo que significa la desaparición, el secuestro y la tortura. Vas armando la historia como una trama, delicada y que siempre deja hilos sueltos. Conocí a una parte de mi familia en dictadura, detrás de las rejas, de los locutorios de las cárceles. Costó sacudir el silencio instalado en la infancia. Que deje de ser el lugar, el refugio. El no decir se hace carne y aún sigue siendo para mí un desafío la palabra, la voz.
“Mi Padre, un ser en sintonía con el otro”
“Sobre Guillermo, las historias llegan. Familia, hermanos, primos, algún verense, compañeros de militancia. La capa de silencio nos afectó a todos. Los lazos quebraron y nada será como hubiera sido…El que desea contarte lo hace, feliz. Siempre que me han hablado de mi padre, lo hacen con una sonrisa en el rostro, de esas pícaras, de las que nacen estrellas de los ojos. Con ternura, conmovidos, te dejan ver en su rostro el reflejo de un ser que fue amado y amó profundamente, es una experiencia donde tiempo y espacio pierden su mundana identidad”.
-¿Qué es lo que conoces sobre tu padre?, ¿qué es lo que más te sorprende de ese tiempo de militancia tan jugada?, ¿qué historias te llegaron de sus primeros años en la ciudad de Vera y de su paso por otras ciudades?
-Guillermina: Mi padre, un ser en sintonía con el otro. Poseía una gran empatía con los sentimientos del prójimo, comenzó a desarrollar su compromiso por el cambio social en la iglesia católica. Intentó ser cura, pero no pasó de monaguillo. Se acercó a la iglesia tercermundista en el norte santafecino, en la ciudad de Vera, de donde es oriundo. La búsqueda de la transformación lo lleva a la militancia político partidaria dentro de la juventud peronista. Así, mientras estudia trabajo social en la Ciudad de Santa Fe, comienza su actividad dentro de Montoneros.
Pocos son los compañeros que he conocido. Pero en cuanto a su militancia un rasgo que lo distingue, ha sido el compromiso desinteresado. Es decir no buscaba un posicionamiento jerárquico dentro de la organización. No creo en las construcciones políticas verticalistas. Y considero que toda formación que tiende hacia esa estructura, empobrece el diálogo de pares, la discusión y el crecimiento social, humano, comunitario. Más bien apoyo todo proyecto que vaya hacia una construcción en red.
-¿Cuáles son las características que lo definen como persona según lo que has indagado?, ¿cuáles sentís que heredaste?
-Guillermina: La transmisión genética es tan fuerte como la cultural. La enseñanza de la trascendencia y el valor de la vida, como realización en cuanto parte de un todo, un todo social y un todo natural, esa es su herencia. Que también he leído en las acciones de mi madre y mis abuelas. Sí, para mí el carácter femenino de la resistencia en aquellos tiempos es indudable. Madres, Abuelas, Compañeras… mujeres pariendo en las cárceles, mujeres amamantando sabiendo que ya no habría más días para ellas. Todo el arsenal de la dictadura, su sistematización, fue procurar que la simiente desapareciera. Cada hijo secuestrado que se recupera es un nacimiento.
“El arte apunta a la identidad de las personas, no para persuadirlas, sí para liberarlas”
-El arte es el lugar de la reflexión. Donde nos percibimos y nos encontramos en un ámbito que traspasa fronteras. El arte es el lenguaje de la inclusión, el arte convoca. Amplía nuestra percepción del mundo, nos anima a descubrirlo, a conocerlo. Invita a cuestionar la naturalización de las estructuras de poder, de las relaciones humanas. A cuestionar nuestra acción en el mundo.
-¿Qué significa el arte en tu vida?, ¿qué relación destacarías entre arte y la militancia?
-Con la dinámica de la intuición el artista intenta comunicar, reflexionar, emocionar. El arte no es propaganda, ni folleto, ni publicidad, apunta a la identidad de las personas no para persuadirlas, sí para liberarlas. La libertad que promueve es fundamental para el desarrollo de las comunidades humanas, tanto como construcción política. Todo arte en serio es político, por más rudimentario, escolar, sencillo que parezca, es desde su práctica inicial, una práctica social-política que implica la presencia plena en el mundo de la acción de un ser sobre la tierra.
Como verán, no provengo de una familia de artistas necesariamente, sin embargo para mi ese estar pleno en el mundo es un estar político. Es un estar para pensar y accionar por un mundo mejor. Un camino utopista, un decir grandilocuente, eso aprendí de mi padre.
El horror no pudo acallar la lucha
-¿Cuál es tu mirada sobre los organismos de Derechos Humanos y sus miembros?, ¿tenés relación con alguno?, ¿cuáles son tus sensaciones inmediatas cuando se anuncia la recuperación de un nuevo nieto?
-Los organismos de DD.HH. en la argentina son un claro ejemplo de comunión humana para la resistencia. Algunos años participé en Hijos, con muchas ganas e inmersión en la organización, ya hace años que no participo desde ese espacio. Los horrores inimaginables a los que fueron sometidos los militantes secuestrados no pudieron acallar la lucha de sus compañeros y sus familias organizadas. En la reconstrucción de los lazos sociales fueron fundamentales. No hubiéramos llegado a los logros democráticos de esta última década sin su camino pasito a pasito, codo a codo, sosteniendo el reclamo de justicia.
“La justicia no es individual, es colectiva”
-¿Qué sentido tiene para vos la palabra (o el concepto) ‘Justicia? ¿Qué sentiste durante todo este período de reapertura de los juicios a los responsables de la dictadura?
-La justicia no es individual, es colectiva. Cada caso que avanza, que se esclarece, cada cuerpo que se identifica, cada hijo que aparece es una reivindicación conjunta. Es la posibilidad de recuperarnos como grupo humano, de reconstruirnos. Es claro, y ahora más que nunca, con el nuevo gobierno de derecha, el reclamo de justicia no debe cesar. Y siempre debe ampliarse y poner en evidencia que la última dictadura militar fue la puesta en escena de las grandes corporaciones y latifundios que usufructúan los suelos de toda América Latina. En este sentido, considero que la gran deuda de justicia en nuestros países es para con los pueblos originarios, desbastados por los latifundistas, fueron las víctimas de un primer genocidio donde nos llamamos patria. La deuda es también en el reconocimiento de sus sabidurías ancestrales, cuando logremos ser empáticos con el dolor de la tierra, ahí podremos construir un espacio mejor para la vida
-¿Cuál crees que es la tarea que debe realizar la militancia, la juventud, la clase política, los referentes sociales y la ciudadanía en general para seguir fortaleciendo el sistema democrático?
-En cuanto a la relación de todos nosotros como ciudadanos, creo que es hora que reclamemos mayor participación de nuestros representantes, que vayamos de una vez a un estado parlamentario, no presidencialista, que en definitiva resalta la figura individual, pisotea el debate y desalienta de allí para abajo, todas las instancias de diálogo en los distintos espacios de construcción política. La impunidad no es eterna, yo creo que la memoria siempre aflora, porque en definitiva es la fuerza ancestral que une la identidad de un pueblo en la historia. Nunca estamos vencidos, la memoria perdura.
-¿Cuál es tu mirada hacia el futuro en cuanto a vida profesional, en cuanto a los juicios que todavía falta concluir?
Mirar al futuro no es algo que me tranquilice o me dé placer, más bien genera en mi espíritu, ansiedad y desconcierto. Sí, es cierto que cada día, cada hora y, si en un segundo se puede, proyecto para mí y para quienes amo el mejor de los mundos posibles. Una irradiación hacia esa armonía con el pasado-presente y el futuro que ponga en práctica la potencia de nuestros deseos y actos.
Este cronista agradece de corazón la enorme generosidad y predisposición de Guillermina para hacer un repaso por su historia en estos días difíciles. La nota es un pequeño homenaje a la vida de su padre y de los 30.000 desaparecidos, a los detenidos, a los Hijos y a los nietos recuperados que de alguna forma u otra le pusieron su cuerpo a la lucha por un mundo más justo para todos.
A ellos el corazón a disposición, ahora y siempre.
Edición Vera / J. Storti/
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