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Desde 2012 caen las exportaciones al país vecino, principal destino de los productos santafesinos. La caída brasileña impacta fuerte en las industrias locales y el escenario para 2016 no parece alentador
Las noticias que llegan desde Brasil no son buenas para la economía argentina. Junto con China, durante estos años ha sido el principal comprador de productos argentinos, y una profunda crisis política y económica, agudizada en 2015 hizo caer de manera pronunciada las exportaciones a este país. Santa Fe, en ese contexto es una provincia que ha visto también comprometidas sus ventas.
En 2012 la provincia cerró operaciones con Brasil por 1.800 millones de dólares, en 2013 por 1.600, en 2014 por 1.200 millones de dólares, y si bien aún no se termina de cerrar la estadística de las ventas del año pasado, hasta octubre y faltando solamente dos meses para cerrar 2015, las ventas totales, no llegaban a los 700 millones de dólares. Los datos mencionados fueron suministrados por la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe, y elaborados en base a información del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos.
Consultado al respecto por Diario UNO, Daniel Oblán, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe manifestó que la actual situación es compleja y que los números de Brasil de los últimos años están muy comprometidos, sobre todo los de 2015 luego de una devaluación del 50% del real.
“Esto implicó que los productos argentinos se encarecieran. Significa que los brasileños tienen que poner más reales para pagar el dólar y comprar en Argentina”, explicó e indicó a su vez, que el atraso del tipo de cambio argentino elevó los costos de la producción y “prácticamente sacó al país del mercado”.
“Nosotros para exportar teníamos que hacerlo a un costo de 15 pesos, o a lo que estuviera el dólar blue, y el Estado cuando nos pagaba las exportaciones lo hacía a 8 o 9 pesos, entonces esa brecha del 40%, nos complicaba aún más la competitividad”, agregó.
Las industrias autopartistas y las empresas productoras de alimentos de la provincia son las que más sufrieron el cimbronazo. En ese orden de cosas, Oblán remarcó que la caída de las exportaciones no fue mayor, porque aún a pérdida, muchas industrias mantuvieron las ventas para no perder mercados que luego es muy difícil recuperar.
“Se sabe bien que cuesta mucho consolidar mercados y aunque sea a pérdida hay que mantenerlos. Este fue el escenario del año pasado”, marcó.
Desde la industria
La caída en la economía brasileña no se generó en los últimos meses del año pasado. En 2015, la producción industrial de ese país se derrumbó 8,3% generando un escenario de incertidumbre para este año con una inflación en ascenso y altas tasas de interés. Como condimento extra, se acentúa una crisis política que pone en jaque al gobierno de Dilma Russef.
En diálogo con Diario UNO, Alejandro Taborda, presidente de la Unión Industrial de Santa Fe señaló que el sector autopartistas del sur provincial es uno de los más perjudicados, con una caída en la actividad superior al 50%, y según manifestó, la baja en la producción se explica por la fuerte caída en la exportación automotriz, cuyo mercado principal es el vecino país.
“Muchas de las empresas autopartistas que exportaban las partes a Brasil han visto canceladas muchísimas órdenes del lado brasileño. En la parte alimenticia también hay muchas empresas que han tenido inconvenientes en colocar los pedidos”, explicó.
En la misma dirección, Taborda dijo que aún no se puede estimar con precisión y en cifras la caída de la industria local, porque no se han terminado de procesar los resultados de la encuesta realizada con los asociados en relación al último trimestre del año pasado.
El presidente de la Unión Industrial sostuvo que de acuerdo a lo que manifiestan los colegas brasileños, “la crisis es más política que económica” y esto complejiza avisorar una salida inmediata.
“Evidentemente, hay una crisis de expectativas muy importante, y un enfrentamiento de los industriales con el gobierno de Dilma, porque consideran que el plan llevado a cabo no se condice con los anuncios previos a su asunción como presidenta”, explicó.
“Esto ha generado en Brasil un conflicto de dimensiones considerables que ha perjudicado el consumo interno, con despidos de personal por parte de las industrias, y ha arrastrado en nuestro país a una fuerte caída del sector autopartista argentino que está muy ligado al aprovisionamiento de las terminales, y a industrias que exportaban sus productos finales, y que han visto en su gran mayoría canceladas las ordenes de compra”, añadió.
La situación para 2016 se plantea igual de difícil que el año anterior, ya que el escenario de recesión en el país carioca continúa, y la caída en la actividad económica ha generado también una realidad social compleja.
“La realidad de Brasil es que está en un proceso recesivo y todo indica que durante 2016 se va a profundizar, a punto tal que basta mirar a determinados sectores de la producción, y la mayoría de las empresas tienen parado su desarrollo y achicando estructuras. Las fábricas de tractores, y de motores están todas reduciendo sus estructuras”, expresó Oblán.
Se da entonces una combinación de factores que hacen difícil prever qué sucederá con las industrias locales. Sin embargo, desde la Cámara de Comercio ven con buenos ojos el sinceramiento del tipo de cambio en nuestro país, y estiman que esto, acompañado de otras medidas, puede llegar a poner nuevamente en competencia internacional a los productos argentinos.
“El escenario de hoy, porque Argentina empezó a corregir el retraso cambiario, sumado a la quita de retenciones, son medidas que recuperan competitividad, pero cómo va a terminar el intercambio entre ambos países este año es muy difícil de predecir”, concluyó.
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