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La jueza Sandra Valenti dio a conocer los fundamentos por los cuales avaló el pedido del fiscal para imponer la prisión preventiva a Vasilovsky, acusado de asesinar al matrimonio de pescadores en diciembre del 2017.
Vasilovsky se encuentra en prisión preventiva, acusado de asesinar a Benito Sosa y a Estela Ríos, desaparecidos desde el 19 de diciembre del 2017, cuando salieron a pescar en Arroyo Leyes.
Al desarrollarse la audiencia de medidas cautelares, el fiscal Omar De Pedro sostuvo la imputación en una serie de evidencias, con las que intentó superar el escollo de no contar con los cuerpos de las víctimas, a quienes se las sigue buscando.
Y ése fue uno de los argumentos que utilizó el defensor para cuestionar la imputación y solicitar la libertad de Vasilovsky: sin cuerpos, no se puede sostener que hayan sido víctimas de un homicidio.
En sus fundamentos, la jueza Sandra Valenti reconoce que “si bien puede existir información que resulta insuficiente o que existen eslabones perdidos que impide otorgar una respuesta integral al hecho, entiendo que los elementos reunidos hasta el momento me resultan de peso como para desechar las dudas existentes”
Distingue también Valenti entre el “corpus criminis” (en este caso, Benito y Estela), el “corpus instrumentorum” (qué se utilizó para cometer el crimen), y el “corpus probatorium”, que son “las huellas, rastros o vestigios dejados por el imputado al momento de la comisión del hecho (…) y es justamente sobre lo cual se fundamenta mi decisión”.
En este sentido, la jueza destaca que, si bien es habitual que en una investigación por homicidio se cuente con el cuerpo de la víctima, se puede arribar a la conclusión de la muerte “a través de otros medios probatorios, incluso por presunciones” y destaca que “caso contrario implica consagrar la impunidad de quienes saben ocultar eficazmente” los cadáveres.
La jueza destaca especialmente las evidencias colectadas en el segundo tramo de la investigación, es decir, a partir de la primera imputación a Vasilovsky por robo y abandono de persona y el traspaso de la causa a la fiscalía de investigación y juicio a cargo del dr. De Pedro.
Se brinda especial atención a los rastros de sangre colectados en el rancho de Vasilovsky, y también en elementos cortantes tipo hachas y machetes que fueron secuestrados en un galpón propiedad del dueño del rancho donde vivía el baqueano. Además, el trabajo realizado por los equipos de rescate con los perros que buscan Rastros Específicos y Restos Humanos, evidencian la presencia del matrimonio desaparecido en el rancho de Vasilovsky: “Puedo sostener que en el hecho pudo haber tenido intervención el imputado, quien conocía muy bien la zona y ello favoreció para no dejar rastros de su conducta”, determinó Valenti.
“Es cierto que no puede precisarse el modo de muerte de las víctimas, pero también lo es que las evidencias permiten afirmar que su desaparición no fue consentida y (sí fue) violenta” explicó la jueza en su dictamen.
Tras dar por acreditado el hecho, la magistrada ponderó como riesgo procesal para imponer la prisión preventiva el riesgo de fuga. En este sentido, la jueza valoró la actitud que tuvo el imputado en un primer momento, cuando se encontraron los elementos de las víctimas en su vivienda. Intempestivamente abandonó el lugar, dejando todo abierto y sin llevarse ninguna pertenencia. Dijo que se iba a pasar las fiestas a Córdoba, y luego fue detenido en un colectivo camino a Resistencia.
Fuente: Aire de Santa FE.
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