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Lo aseguran docentes de la escuela de zona sur donde asistían los hermanos que el fin de semana protagonizaron una pelea fatal entre sí. Sostienen que la violencia está instalada y que hasta los más chiquitos reconocen los disparos al oírlos y “saben hacer cuerpo a tierra”
La violencia es moneda corriente para todos en barrio Las Flores. No es que todos la protagonicen; por el contrario, los que siembran el miedo son grupos minoritarios. Pero cada vecino de ese sector del sur de la ciudad está habituado a situaciones de conflicto. Incluso los más chicos, que, por ejemplo, identifican claramente disparos de armas de fuego y hasta saben tirarse cuerpo a tierra ante el peligro.
Luego de un caso de este fin de semana en el que un adolescente de 15 años mató de una puñalada a su hermano de 23, El Tres realizó un informe desde la escuela Nuestra Señora de Itatí, donde asistían los chicos que desataron una tragedia familiar.
“Notamos casos de mucha conflictividad”, aseguró Gastón Zelcic, docente del colegio ubicado en Flor de Nacar 7002, sobre el extremo sur rosarino. Y contó que “algunas veces” esos casos se trasladan a las aulas. Aunque también se da a la inversa: “Hay chicos de distintas familias que quizás están enemistadas y acá adentro no tienen ningún problema”, destacó.
“Los balazos entran por las ventanas de sus casas”
Más crudo fue el testimonio de la directora del establecimiento educativo, Florencia Sanzón, que relató al periodista Juan Pedro Aleart que “los más chiquitos de nivel inicial reconocen todo, y en lugar de resguardarse salen a ver qué pasa”.
“Eso es lo que les tratamos de enseñar: «Cuando hay un conflicto, no salgan, resguárdense»”, expresó la docente, y dijo que los alumnos “están acostumbrados a escuchar los balazos y que entren balas por la ventana de sus casas”.
“A veces los maestros les dicen que –las detonaciones que se escuchan en la calle– son las motos, que les recortan el (caño de) escape; pero ellos les responden: «No, seño, son tiros; a la noche también los escuchamos”, graficó Sanzón.
Además, según la directora, los chicos “les cuentan a sus docentes cuáles son las familias que están con problemas” entre ellas en el barrio, que a menudo es noticia en las páginas policiales.
Consultada sobre un destacamento policial que no hace mucho tiempo había sido dispuesto en la zona de la escuela, respondió: “Ya no lo tenemos más, se quedaron cuatro días después de las elecciones y después se tenían que ir a otro lugar. Van cuando hay un conflicto y después se retiran”.
No obstante, la responsable de la Itatí reconoció la buena predisposición “del jefe de Policía”, de quien tienen “el teléfono directo” y siempre les responde con el envío de móviles ante cualquier situación violenta, al igual que el jefe de la seccional barrial, según contó.
Sin ir más lejos, en julio pasado se desató un feroz tiroteo a metros del colegio y terminó con un hombre de 26 años levemente herido en el hospital Roque Sáenz Peña. Sin embargo, el intercambio de disparos pudo haber sido una tragedia por el fuego cruzado entre las bandas que se desarrolló minutos después del ingreso a clases.
Posterior a ese episodio, docentes de la escuela Nuestra Señora de Itatí marcharon por las calles del barrio Las Flores con la consigna "Queremos vivir, trabajar y estudiar en paz". Junto a padres, alumnos, representantes de gremios y vecinos, los maestros salieron a la calle para ratificar que seguirán dando clases y que no cerraran la escuela.
Matar al hermano
En la escuela dura la conmoción por el caso registrado este último domingo, cuando un adolescente de 15 años asesinó a su hermano de 23, a quien apuñaló con una cuchilla luego de una pelea entre ambos en la zona de Lirio y España. Los dos eran alumnos del establecimiento.
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