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Anoche dos adolescentes de 17 y 16 fueron asesinados por dos jóvenes en moto. Y Prefectura encontró otro cadáver atado de pies y manos en el río. Los últimos hechos encienden preocupación porque se reavivó el espiral de violencia.
La violencia se manifestó de forma cruel el fin de semana en Rosario, donde se cometieron siete homicidios en distintas zonas de la ciudad, algunos de ellos vinculados a la trama relacionada con la venta de droga.
Una pareja de chicos de 17 y 16 años fueron acribillados pasada la medianoche en el barrio Santa Lucía, donde desde hace tiempo se encendió un espiral de violencia que ha dejado decenas de víctimas. Diego Durán, de 17 años y Julieta Milagros Sosa, de 16, se trasladaban en una motocicleta en Pasaje 1752 al 2000, cuando fueron interceptados por dos jóvenes que iban en otra moto, quienes les dispararon con una pistola 9 milímetros.
Las víctimas fueron trasladados al policlínico San Martín, pero murieron durante la madrugada debido a las heridas.
El domingo a la tarde Prefectura Naval encontró a un hombre que había sido asesinado flotando en el río Paraná. Estaba maniatado de pies y manos, y atado con una llave industrial pesada que hacía de peso para que el cuerpo no flote. Además presentaba síntomas de ahorcamiento con un cinto. El cadáver aún no había sido identificado y podría tener entre 7 y 15 días de fallecido.
Un joven de 22 años murió de dos cuchilladas durante una disputa barrial, en tanto que un sexagenario peleaba por su vida en un hospital céntrico tras ser asaltado por un ladrón que lo apuñaló para robarle la bicicleta. En sábado por la tarde José Luis Caro (44 años) recibió tiros mortales con una tumbera desde una moto en Aborígenes Argentinos y Liniers.
A primera hora de ayer, un chico de 15 años fue hallado muerto en la calle, con dos tiros en el pecho. Y en la localidad de Arroyo Seco, a unos 27 kilómetros del centro rosarino, la policía encontró, también en la vía pública, a un hombre asesinado de un balazo.
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