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Sucedió el domingo 21 de junio, en la visita de María José a Rafaela. En el lugar se podía percibir un intenso perfume a rosa. “Es otro llamado, otra bendición y regalo maravilloso. Es otra vez que ella apostó a nosotros”, dijo María José.
El día domingo 21 de junio, María José Reynoso volvió a visitar Rafaela con mensajes de la Virgen María Rosa Mística. Esta vez, la cita fue en el predio ubicado en avenida Roque Sáenz Peña, entre 1º de Mayo y Caseros.
Sin embargo, este no fue un domingo como todos los demás. La Virgen María volvió a descender en Rafaela y esta vez bendijo a nuestra ciudad con un gran milagro: marcó un lugar donde va a comenzar a emanar agua bendecida para que la gente pueda llevarse a su hogar.
Rafaela al Día tuvo la oportunidad de estar en dicho predio en el momento de la excavación y conversó con María José, quien expresó estar “feliz, hoy fue un día especial. Cuando llegamos el aroma de la Madre fue constante. Hay un chico del grupo, Rodrigo, que cayó varias veces en el descanso. Yo la vi a la Madre adonde estaba él y me acerqué”.
“Cuando estuve al lado suyo ella descendió y le hice dos preguntas. Le tomé su mano en la que tenía un Rosario y me lo pasó a mí, quedando enredado en mis dedos. Y la Virgen me señaló y me dijo, al lado de Rodrigo, que ahí iba a estar el agua bendecida”, comentó.
Asimismo, agregó: “Hice el pocito y nos indicó el lugar. Fue maravilloso. No lo hubiese imaginado. Acá está la respuesta a la pregunta de por qué había elegido a la ciudad de Rafaela para manifestarse. No teníamos lugar fijo, íbamos de un lugar a otro”.
“Incluso esta semana le había hecho una pregunta a ella de si me podía retirar. Ella me dijo que no y que se vienen momentos muy difíciles. Y hoy me la dio acá. No somos conscientes de lo que nos volvió a regalar. Ojalá que no pase lo que ya pasó una vez. Lo único que deseo es una canilla para que la gente pueda venir a buscar agua y que haya amor, antes de que se venga la noche. Es otro llamado, otra bendición y regalo maravilloso. Es otra vez que ella apostó a nosotros”. Y más allá de las creencias volvió a pedir respeto: “No perdamos el tiempo en peleas. Yo no lo pienso hacer. Bendiciones a todos”.
El testimonio de Rodrigo Toledo
Rodrigo, el joven que se desmayó indicando el lugar, manifestó: “Yo no iba a venir hoy, pero algo me llamaba y vine. En un momento empecé a caer porque no me podía mantener en pie. Me dio la mano María José. Mis compañeros me dijeron que ella me hizo una pregunta, pero yo no me acuerdo. Ahora con este regalo a seguir adelante”.
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