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Un estudio realizado por la Universidad de Harvard y el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos detalló las ventajas de la actividad física ante el posible desarrollo de un tumor maligno
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard y el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos detalló las ventajas de la actividad física ante el posible desarrollo de un tumor maligno
Por si faltaba alguna nueva recomendación para la actividad física, un nuevo estudio sobre más de un millón de personas determinó que el ejercicio es clave para reducir el riesgo de contraer 13 tipos de cáncer. Esa nueva evidencia reflejó un panorama mucho más optimista del considerado hasta el momento por la comunidad científica respecto al desarrollo de tumores en el cuerpo.
La investigación fue realizada por la escuela médica de la Universidad de Harvard y científicos de la división de epidemiología y genética del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU sobre datos genéticos de 1,44 millones de personas.
Hasta el momento, ya se habían hecho estudios que revelaban esa relación. Sin embargo, esas investigaciones estuvieron enfocadas exclusivamente en los tipos de cáncer más común: de mama en las mujeres; y de pulmón y colon en los hombres.
"Hasta el momento, no se había realizado un análisis tan profundo sobre el ejercicio y el desarrollo de tumores malignos. Afortunadamente, pudimos abrir el abanico de posibles tipos de cáncer que se podrían prevenir con una actividad física cotidiana", explicó Steven Moore, el líder del informe, publicado en la prestigiosa revista JAMA Internal Medicine.
El largo proceso
Los especialistas estudiaron el archivo de más de un millón de entrevistas realizadas a pacientes entre las décadas del 1970 y 1980. Allí, constaban las tendencias a la actividad física, la continuidad del ejercicio, el índice de masa corporal y otros datos referentes a la salud y a las rutinas deportivas.
Luego, se indagó de manera meticulosa en el historial clínico de todos los pacientes entrevistados para constatar el desarrollo de enfermedades graves durante las décadas siguientes.
El análisis permitió detectar, gracias a métodos estadísticos y a la ayuda de algoritmos mediante computadoras, que aquellos que realizaban un ejercicio rutinario durante años registraron un menor porcentaje de casos de 13 tipos de cáncer: mama, pulmón, colon, hígado, esófago, riñones, estómago, endometrio, médula ósea, cerebro, cuello, recto y vejiga.
Cuando se comparó a las 10 personas que más actividad física realizaban en su vida con los 10 individuos más sedentarios, el resultado fue determinante: los más activos tenían un 20% menos de riesgo de desarrollar esas variedades de cáncer.
Efecto contraproducente
El informe también reveló un descubrimiento sorprendente para los especialistas: aquellos que realizan una actividad física muy frecuentemente sufren un leve incremento del riesgo de padecer melanomas y cáncer de próstata.
"Mi teoría ante esa evidencia es que los físicamente activos suelen hacerse más chequeos que los sedentarios. En esos casos pueden encontrarse un tipo de cáncer de próstata llamado indolente. En el caso del melanoma, el riesgo suele ser mayor debido a que el ejercicio al aire libre suele exponer mucho más la piel a los rayos solares", detalló Moore
El estudio reveló también que el riesgo de los 13 tipos de cáncer y su relación con la actividad física es mucho más evidente en la gente obesa. Por otra parte, los propios investigadores determinaron que se trata de un primer paso en de un análisis mucho más profundo en todos los campos. "Todavía falta estudiar mejor el nivel de hormonas, el proceso digestivo y el balance general de energía del cuerpo para poder tener un cuadro más claro", dijo el líder de la investigación.
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