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15, 30, 50, 80, 100, parece ser que cada vez hay protectores solares con factores de protección solar (FPS) más y más altos. ¿Tiene sentido comprarlos? ¿Realmente nos dan más protección?
Rayos UV y protectores solares
Aunque los conocemos globalmente como “rayos ultravioletas”, en realidad existen varios subtipos de rayos UV. Los que llegan a la Tierra desde el Sol son principalmente tres: los rayos UVA (de menor energía), los UVB y los UVC (de mayor energía).
Los rayos UVC son los más dañinos pero la capa de ozono los bloquea casi por completo.Los UVB sí atraviesan la atmósfera, afectan las capas más superficiales de la piel y son los responsables de las quemaduras solares y del bronceado más
duradero. Además, son capaces de causar un daño directo en nuestras células, el primer paso hacia el cáncer de piel.
Los rayos UVA también atraviesan la atmósfera y son capaces de penetrar más profundamente en nuestra piel. No guardan mucha relación con el bronceado pero están asociados con las arrugas, la pérdida de la elasticidad y otros efectos del fotoenvejecimiento. Y lo que es peor: desde hace más de 20 años distintos estudios muestran que, si bien los UVA no causan mutaciones directas, sí son absorbidos por otras estructuras de las células y pueden producir daños en el ADN a largo plazo.
Los protectores solares son agentes que ayudan a prevenir que una parte de los rayos ultravioletas lleguen a la piel. Utilizados de manera adecuada nos permiten prolongar la exposición al sol minimizando los riesgos (vida y obra de los protectores solares y su relación con la prevención de cáncer de piel pueden leerla acá). Desde hace décadas estuvieron dedicados a protegernos de los rayos UVB, sin embargo a medida que se fue encontrando evidencia de la peligrosidad de los rayos UVA, se empezaron a fabricar nuevos protectores que los incluyen. Los podemos encontrar con una aclaración específica en el envase o con el nombre de “protectores de amplio espectro”.
¿Qué es el factor de protección solar (FPS)?
Los protectores solares no funcionan igual para todas las personas porque la protección que nos proporcionan depende del tiempo de autoprotección de nuestra piel. ¿Qué quiere decir esto? El tiempo máximo que una persona puede estar expuesta al sol sin ponerse colorada es entre 1 y 30 minutos en función de su tipo de piel. El FPS proporciona una medida del tiempo máximo permitido que pueda la piel estar expuesta a la radiación UV antes de presentar una quemadura:
Tiempo de autoprotección x FPS = tiempo máximo de exposición al sol
Entonces, si nuestra piel tarda un minuto en ponerse colorada, con un FPS de 30 podemos estar expuesto al sol durante (1 x 30) = 30 minutos; otra persona cuya piel tarde dos minutos en ponerse colorada podrá exponerse también por un tiempo máximo de 30 minutos con un FPS de 15.
Otra forma de verlo es en términos de porcentajes: un FPS 15 bloquea aproximadamente el 90% de todos los rayos UVB. Un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 99 por ciento. Pueden parecer diferencias insignificantes, pero para la gente más sensible a la luz, o con antecedentes de cáncer de piel, esos porcentajes extras hacen la diferencia.
¿Siempre más es mejor?
Aquí viene un detalle importantísimo: no hay un protector solar que pueda bloquear todos los rayos UVB. La capacidad de absorción de los filtros ultravioleta nunca alcanza el 100 por ciento. ¿Esto quiere decir que un FPS 80 no sirve? Sí, sirve igual que un FPS 50 pero es más caro y además, trae un problema: con FPS muy altos tendemos a olvidar que el punto crucial de una protección solar óptima no es el factor de protección, sino el uso adecuado del producto y los hábitos sensatos de exposición solar.
De hecho, los organismos reguladores de Europa y Australia ya han limitado por ley el FPS de los protectores solares y en las etiquetas solo se puede poner 50+ (igualando a aquellos que prometen un FPS de 60, 80, 100 o dos millones).
Por otra parte, el FPS solo hace referencia a los rayos UVB. Si nuestro protector no dice que es “de amplio espectro” o específicamente indica que protege contra rayos UVA sigue siendo una protección insuficiente.
Detalles a tener en cuenta
– Toda persona a partir de los seis meses de edad debe utilizar un protector solar, y para los menores de seis meses estas son las recomendaciones.
– Para asegurar protección solar completa, es necesario aplicar unos 30 gramos de bronceador cada vez (unas dos cucharadas soperas). La mayoría de las personas se aplican sólo la mitad o una cuarta parte de esa cantidad, lo que significa que el FPS que tienen en su cuerpo es inferior a lo recomendado. Durante un día largo en la playa, una persona debe usar alrededor de la mitad de una botella de 250 gramos.
– Los protectores solares deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición al sol para que todos los ingredientes se absorban en la piel. Es muy importante reaplicarse el protector solar en cantidades iguales a la primera aplicación después de 15 a 30 minutos de exposición (nunca dejar pasar más de dos horas), inmediatamente después de nadar, secarse con la toalla o después de transpirar.
– Es fundamental chequear que el protector solar sea “de amplio espectro”.
FUENTE: CHEQUEADO.COM
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