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A través de imágenes cerebrales, un estudio asegura que la conexión permanente a esa red social produce patrones similares a los encontrados en los drogadictos. La diferencia es que la dependencia a la red social puede controlarse. Consejos para desconectarse.
Encontrar un “adicto a Facebook” no es difícil. Cada vez hay más personas que viven casi en paralelo la vida real y la virtual. Publican lo que hacen, lo que sienten y viven informándose de las actividades, opiniones y demás de sus “amigos”. Esa conexión permanente produce patrones similares a los encontrados en los drogadictos, según estableció un reciente estudio de la Universidad Estatal de California (Fullerton, Estados Unidos) que analizó imágenes cerebrales.
En los adictos a la red social se encontró una mayor activación de la amígdala y el cuerpo estriado del cerebro, regiones involucradas en el comportamiento impulsivo. No obstante, a diferencia de lo que ocurre con los cocaínomanos, por ejemplo, la corteza prefrontal (responsable de inhibir el comportamiento obsesivo) no muestra inactividad y parece funcionar bien.
"Ellos (los “Facebookadictos”) tienen la capacidad de controlar su comportamiento, pero no la motivación para hacerlo porque consideran que las consecuencias sean graves”, explicó el psicólogo Ofir Turel, uno de los autores del estudio publicado en Psychological Reports.
Para arribar a esa conclusión, el equipo de Turel le pidió a 20 estudiantes de entre 18 y 23 años que llenaran un formulario que mide síntomas de adicción asociados con el uso de la red social, como la ansiedad que produce la imposibilidad de conectarse.
En la investigación se analizaron además imágenes de resonancia magnética para estudiar los cerebros de los voluntarios mientras miraban imágenes en una computadora: logos de Facebook y señales de tránsito. Los estudiantes debían apretar un botón o no, dependiendo de lo que veían.
Lo que se encontró es que aquellos con mayor grado de adicción a la red social respondían más rápido cuando aparecían imágenes de Facebook. Además, eran más proclives a identificar incorrectamente. “Eso significa que, si usted está conduciendo en una calle al lado de alguien que tiene una relación compulsiva con Facebook, esa persona va a responder más rápidamente al sonido del celular que a las señales de la calle", sostuvo Turel.
Similitudes y diferencias
El cerebro de los adictos a Facebook tiene entonces similitudes (la mayor activación de amígdalas y cuerpo estriado) y diferencias (el correcto funcionamiento de los mecanismos de inhibición) con el de los drogadependientes. Sobre esa desigualdad, Turel opinó que puede deberse a que la adicción a Facebook es fundamentalmente diferente a la dependencia de sustancias o que el estudio se basó en personas con niveles no tan altos de adicción.
Desconectarse
La soledad, el aburrimiento o el estrés son estados que pueden derivar en una adicción a Facebook, sostiene el escritor y consultor en temas de tecnología Nir Eyal, citado por el sitio LiveScience. Para “desengancharse”, aconseja, se pueden utilizar bloqueadores de página web o temporizadores para apagar Internet al menos durante la noche.
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