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Los tiempos cambian y con ellos lo hacen tantas otras cosas, como por ejemplo las causas de los divorcios. Las redes sociales, los smartphones, los fanatismos e incluso el lugar que ocupa la mascota en la casa son algunos de los motivos por los que las parejas de hoy se separan.
“Hasta que la muerte los separe” es una frase que hoy suena un poco rara en una época en que son muchos los matrimonios que se separan o se divorcian, especialmente cuando sus hijos llegan a la adultez. Si bien la irrupción de un tercero en la pareja suele ser una de las causas más comunes de separación, existen también otras que se están volviendo bastante populares en estos tiempos que corren.
Los smartphones
Hay que tener mucho cuidado con los smartphones. Por ejemplo, se prestan para mantener conversaciones con compañeros de trabajo –no precisamente sobre temas laborales- o con cualquier otro tercero que quizás no están del todo bien que sucedan, y que pueden terminar en una aventura, aunque deben definir en pareja qué es infidelidad. Además, ni hablar del riesgo de que el otro descubra esas conversaciones. Más de uno ha descubierto que su pareja lo engañaba porque le revisó el teléfono cuando se estaba bañando.
Adictos al trabajo
¿Qué pasa cuando uno de los dos se convierte en un adicto al trabajo? Puede pasarse fines de semana enteros trabajando, llega siempre tarde a comer a casa y nunca tiene tiempo para nada más. Ni hablar si la pareja tiene niños; sólo está presente para llevarlos al colegio y los vuelve a ver recién a las 24 hs porque los niños ya están durmiendo cuando regresa al hogar.
La mascota; hijo y rey de la casa
En algunos casos la mascota ocupa el lugar de un hijo para la pareja o para alguno de los dos. Hay que tener mucho cuidado para que no transgreda esos espacios que están reservados para la pareja. Por ejemplo, hay quienes no salen de vacaciones sin su mascota y luego todo gira en torno de las cosas que pueden o no hacer con la mascota, ya que hay lugares a los que no podrán ir con ella o actividades que no podrán realizar. Incluso, son conocidos los casos de las parejas que se separan y luego pelean legalmente por la tenencia del animal, ¡o hasta establecen un régimen de visitas!
La familia de la ex o del ex
Si te encuentras en pareja con un hombre o una mujer que ya tuvo un primer matrimonio con hijos, o incluso más de uno, deberás lidiar con su ex o sus ex, ¡y hasta con la que fue su familia política! Salvo que hayan terminado la relación en buenos términos, no quedará otra que contar hasta diez y soportar los reclamos, pedidos o planteos que le hacen. Pero los verdaderos problemas comienzan cuando tu pareja se ve obligada por la situación a darte menos a ti o a compartir menos cosas contigo. Es en ese momento cuando la relación comienza a resquebrajarse.
Las redes sociales
Facebook, Twitter o cualquier otra red social pueden ser otra vía tentadora para mantener una relación paralela con un tercero, que puede ser sólo virtual o trascender los límites de la virtualidad. Como ya se dijo, son ustedes, en pareja, quienes definen qué es infidelidad. Sin embargo, son muchos los casos de parejas o matrimonios que se separan porque descubren a través de las redes sociales que les han sido infieles o que el otro ha mantenido algún tipo de relación que traiciona su confianza. y ni hablar si decide dar un vuelco de se vuelve extremadamente espiritual. Sus costumbres cambian, su alimentacideberi bien l
Los fanatismos extremos
Se torna muy difícil la convivencia cuando uno de los dos se vuelve fanático con un tema. ¿Cómo cuál? Por ejemplo, con la espiritualidad, la alimentación o los deportes. Sus costumbres cambian, sus grupos de pertenencia también, sus amistades y ni hablar si decide dar un vuelco de 180 grados y deja su trabajo para dedicarse a una causa que considera más noble, pero que no le proporciona el dinero necesario para mantener a su familia.
La falta de higiene
Aunque parezca mentira, la falta de higiene o la dejadez son motivos de separación. Cuando uno de los dos comienza a descuidar su imagen personal así como los espacios que habita, esto puede ser un inhibidor de la libido para su pareja. Suena bastante lógico; mantener relaciones sexuales con alguien que se encuentra sucio no es muy alentador que digamos…
La austeridad o el lujo no compartidos
Cuando uno de los dos comienza a disfrutar al extremo del lujo o de la austeridad es imposible que no afecte al otro de alguna manera. El problema es cuando el otro no comparte ni la austeridad ni el lujo extremos. Vivir en la ostentación de las cosas materiales o tener que renunciar a ellas porque tu pareja decide cambiar su estilo de vida es algo muy difícil de hacer, especialmente si no estás de acuerdo con esos valores.
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